
Ignacio Cervantes
Por: Arquitecto Cheo Malanga
Un día como hoy 29 de abril, pero del año 1905, falleció en la Habana uno de los más importantes músicos nuestros; virtuoso del piano, Ignacio Cervantes Kawanagh está considerado como la influencia más importante de la música cubana del siglo XIX.
Recibió los primeros conocimientos de piano de su padre, continuándolos con otros profesores prestigiosos como Juan Miguel Joval, y más tarde continuó su formación profesional ayudado por el compositor Nicolás Ruíz Espadero.

Durante una visita al compositor Louis Moreau Gottschalk, este lo anima para estudiar en Francia. En 1865 ingresa en el Conservatorio Imperial de París, bajo las enseñanzas de Antoine Francois Marmontel y Charles Alkan. Allí obtiene, un año después, el Primer Premio en el Concurso de Piano. Le siguen sus éxitos en el Concurso de Armonía -que gana en 1867 y 1868- logros estos que confirman su virtuosismo y capacidad musical.
En 1870 regresa a La Habana, donde inicia una loable labor en el medio artístico y social, vinculándose a las luchas de independencia junto al violinista José White. En 1875, Cervantes y el músico José White dejan Cuba, expulsados por el Capitán General de la Isla, por haber realizado una serie de conciertos a lo largo del país recaudando dinero para la causa libertadora de la Guerra de los Diez Años.

En los Estados Unidos y en México, Cervantes continúa su trabajo proselitista a favor de la causa cubana y dando conciertos para ayudar a mantener la guerra. Después del Pacto del Zanjón y gracias a la amnistía general, regresa a Cuba en 1878, para partir nuevamente al exilio en 1895, cuando estalla la guerra del 95. Esto trajo como consecuencia que fuera expulsado de Cuba y radicara en los Estados Unidos, donde prosiguió dicha empresa.
En 1899 regresa a su suelo natal y retoma la labor artística antes desplegada como intérprete de compositores románticos europeos. Asume también la dirección de orquestas en los teatros habaneros Payret y Tacón y se destaca como notable pedagogo al formar a discípulos.

Ignacio Cervantes pertenece a la línea de autores musicales cubanos que hicieron de lo popular, materia para el arte y la identidad cubana. Su obra se estudia en escuelas y conservatorios de música y sus libros son reeditados. Su "Adiós a Cuba" sobresale entre la música del filme Fresa y chocolate (1993), de Tomás Gutiérrez Alea.
En disímiles oportunidades Cervantes expresó el gran amor que sintió por su patria. En una ocasión señaló: “Sólo he tenido dos orgullos en mi vida. El primero: haber nacido en Cuba y el segundo haber obtenido el primer premio en el Conservatorio de París, para poder ofrecérselo como tributo de amor a mi patria querida”. A 104 años de su muerte, Cervantes sigue siendo un símbolo de Cuba.
ADIOS A CUBA – de Ignacio Cervantes, interpretada por Jorge Luis Pratt