Un día se apareció en una escuela, acompañado de las cámaras de televisión, para que su ejemplo fuese seguido por el resto de los maestros cubanos, y dijo frente a todos los alumnos:
“A partir de hoy exterminamos el racismo en nuestra patria. Ya en Cuba no volveremos a hablar de negros y blancos, porque desde este mismo momento todos vamos a ser verdes como nuestras palmas y nuestros uniformes de la Sierra....”
Del alumnado explotó un coro de vivas y aplausos.
Henchido de orgullo, continuó:
“Y como desde ahora todos somos verdes, por favor, los verdes claritos para este lado y los verdes oscuros para este...”
VERDES CLARITOS...
VERDES OSCUROS....
Buen chiste, Sr. Eufrates. Su blog es excelente. Gracias.
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