Cuando la Bola de Times Square descienda los 77 pies a las doce la noche, ya estaremos en el 2008 y la famosa Bola cumplirá su primer siglo. Desde su creación en 1907, que se le atribuye a un electricista del NY Times, la Bola dio inicio a esta tradición en Times Square que ha servido de punto de reunión de neoyorquinos y turistas para despedir un año y recibir otro, salvo en 1942 y 1943, por las restricciones debido a la II Guerra Mundial.
Una de sus primeras modernizaciones las sufrió en 1955, cuando la Bola de hierro fue sustituida por una de aluminio. Posteriormente, durante los años 80, la Bola cambió su forma por una de Manzana, apoyando la campaña I Love New York de la época.
En 1995 se actualizó con controles computarizados, entre otras cosas; luego, la que se usó para esperar el Milenio y que aprecian en la imagen anterior, es la misma utilizada entre el 2000 y el 2007, totalmente rediseñada por Waterford Crystal, combinando nuevas tecnologías. En esa ocasión, quizás porque era mi única oportunidad de esperar un nuevo siglo, y por el embullo de unas amistades de Miami encaprichadas en la Bola, viví la experiencia en Times Square más congelado que un pingüino.
Este modelo que estrena el 2008 consiste en un esqueleto de aluminio cubierto de paneles de cristal Waterford, que tiene la capacidad de exhibir 16 millones de colores, además de vídeos, cuyas imágenes se proyectarán sobre la superficie de la Bola. También contiene espejos en el exterior para incrementar el efecto visual.
La Bola del centenario pesa aproximadamente 1,200 libras y tiene 672 paneles de cristal Waterford en forma de triángulos. La otra característica del modelo 2008 es la de ser más eficiente energéticamente que sus antecesoras.
Philips Lighting proveyó la nueva tecnología que sustancialmente incrementa la brillantez, la capacidad del color y la eficiencia energética. Focus Lighting desarrolló el diseño único de iluminación por el 100 Aniversario de la Bola. El valor de la misma es de $1.1 millones y cuando Times Square quede vacío, la Bola irá a parar a una bóveda que está 50 pies debajo de One Times Square, donde se guarda su antecesora.