Cuando ando con tiempo suficiente como para detenerme a contemplar alguna esquina por donde paso, una frase que me dijera hace quince años una muchacha cubana, detrás de sus severos cuatro ojos y dedo índice acusador, vuelve a mis oídos como cáscara de piña áspera y filocortante.
Aquella inolvidable sentenciaba: “Nueva York tiene una arquitectura muy aburrida...”
Aquella inolvidable sentenciaba: “Nueva York tiene una arquitectura muy aburrida...”
Las tres primeras fotos fueron tomadas en un punto de la calle 42, entre las avenidas Lexington y Tercera, caminando cuando más cuatro pasos. Las tres a continuación, en la calle 54 del oeste, sólo moviendo mi cámara un par de centímetros. Es que, no sé si les pasa a ustedes, pero hay cáscaras de piña que a mí me resultan inolvidables.
9 comments:
Oye, Eu, yo te aseguro que si haces garapiña con esas deliciosas cáscaras, terminas patentando la receta y hasta te haces millonario...
La piña es la fruta más bella que existe, la más arquitectónica (ahí le dejo un tema a nuestro admirado Don Cheo Malanga), la más poética. Reina de reinas es la piña. La cáscara de piña es lo mejor que uno se puede poner encima para defenderse de la idiotez universal. Gracias, estimado caballero.
Esa es la cita del día: "New York tiene una arquitectura muy aburrida". Antológica. Parece una boutade. Cosas oirás, Sancho.
La piña es mi segunda fruta favorita, lo que pasa es que hay idiotas con pinta de intelectual que siguen el guión anti-norteamericano aunque sea contra New York, son los que dicen que Miami es un páramo y viene todos los años ..."a sufrir".
tendria 4 ojos pero estaba... ciega...
Eufrates, su amiga tenia razón. Bejucal y Jaruco tienen una arquitectura mucho mas divertida.
Pobre chica. Sandokán.
Así es, la percepción de la belleza no es dada a todo el mundo. Vivo en esta ciudad, entre NY y Boston, y soy la persona más feliz al encontrarme cada vez con NY.
¡Así que aburrida!, ¿no? Recuerdo una tarde en que estaba con un amigo pintor en NJ y caminamos hasta bajar a coger el Ferry. Yo estaba fascinada con el Skyline de NY. fue entonces cuando mi amigo me contó que Ricardo Porro había estado por allá dictando una conferencia. Al final, los cubanos se le acercaron para conversar con él. Dice que entre otras cosas Porro les comentó que la primera vez que vio la ciudad de New York desde donde yo la estaba viendo en aquel momento, supo que no se moriría en Cuba. ¡Y ese es Porro, una de las glorias de la arquitectura cubana!
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