Friday, April 24, 2009

PENSANDO EN VOZ ALTA, A LA SOMBRA DE MI LIMONAR...

Paparazzo: Alfredo Pong

Doy un recorrido más allá de las ciber-fronteras que acostumbro, fronteras limitadas por la falta de tiempo, cual ente volador que me lleva a priorizar intereses afines, como esas enriquecedoras lecturas matutinas que devoro; y por mi criterio de selección particular –que para eso existen flores y colores-. Doy un recorrido, anoto un par de sitios nuevos que prometen, y regreso a lo mío fatigado.

Entonces, tengo un flashback. Veo las turbas anónimas vociferando por la Habana, que se vaya la escoria, gritan mientras lanzan huevos, piedras y escupitajos.

Lleno la bañadera con agua tibia y echo gel de cítricos a falta de un limonar para unos minutos de asueto. Cierro los ojos y regreso mentalmente al inusual recorrido.

Visualizo del mismo la palabra bloguero, unida a dictadura, y me asombro. Es que la internet ha creado espacios al alcance de todos, para que todos puedan ejercer su criterio personal, de la forma más libre que ha sido posible hasta ahora. Existen espacios, metafóricamente hablando, de todos los colores y tamaños. Tanto para crear como para leer.

Si de leer se trata y no te gusta el de la izquierda, te vas al de la derecha, o visitas al del centro. Tal como ese acto tan personal de escoger una camisa azul entre toda una amplia gama de azules, o decidir qué libro compras de entre varios títulos sugerentes, o qué plato ordenas de un variado menú.

Por otra parte, un bloger arma su bitácora tal como un pequeño empresario va estructurando su incipiente negocio, aunque con escasas o nulas expectativas económicas a la vista. Luego decide si la mantiene privada, como aquellos cuadernos que llamamos diarios, o la conecta al mundo. La trabaja periódicamente, y según a lo que la dedique y como la presente, así ganará lectores interesados en sus temas. Y, como pequeña empresa privada, le dará participación a los comentaristas que entienda, y enlazará en su blogroll a los sitios que considere.

Igualmente, el lector tiene sus opciones. Si una persona se considera excluida de una bitácora altamente frecuentada, puede abrir la suya, dedicarla al tema que le plazca, o imitar una ya creada. Es la libertad individual que garantiza una sociedad democrática. Y, para ello, la internet hasta el momento es infinita.

De la misma forma, la muchedumbre amorfa que participa en mítines de repudio a la usanza de aquellos vergonzosos de 1980, otrora lamentables en vivo y directo, tiene el derecho de unirse a esas marchas, voluntariamente ahora. Pero, me pregunto mientras me llega el olor de este limonar inventado dentro de mi bañadera, si con tanta carga de energía negativa, concentrada oscuramente contra una, dos o tres personas, el individuo per se que forma un punto de esa masa no se atemoriza de su propio instinto.

Una bitácora es excelente como psicoterapia. Lo digo por experiencia propia. Pero, si lo suyo es ventilar viejas pasiones tras el anonimato, recrearse en la parte negativa que le carcome, monótonamente, compulsivamente, creo que ya ni una bitácora resolvería su problema. Debe visitar con urgencia a un psicólogo. Quizás con sesiones terapéuticas dirigidas por un profesional, pueda sacar la oscura pasión que le devora, aligerarse de tan pesada carga, ver de los faroles la luz y no las manchas de las bombillas, o no mirarlos, y finalmente curarse. A partir de ahí, estoy convencido que podrá crear una bitácora tan buena como aquella de la que fue excluido o ignorado, o si tiene ya una propia, la misma comenzará a brillar con una luz inesperada. Sacará lo mejor de sí y no lo contrario. Se mirará con más agrado en el espejo, mientras los lectores, agradecidos, se enriquecerán con todas esas nuevas ideas que compartirá en su ciber-nicho.

No sé... digo yo pensando en voz alta; luego me sumerjo completamente en la bañadera convertida en limonar, y me desempercudo.


Paparazzo: Alfredo Pong.

10 comments:

Zoé Valdés said...

Por fin alguien pone las cosas en su sitio. Así mismo es. Gracias. Las caricaturas de Pong ¡sublimes!

Aguaya said...

Me ha encantado este post tuyo, Eu!!!!!

Y las fotos, unique...

Olga Admiradora said...

especial, especial
una de las mejores semanas y el de hoy fabuloso
(el limon es divino para quedar limpiecito, limpiecito... cuidado que con el sol, mancha la piel...)
es como una "eufratesmania"...

Neysa G said...

De acuerdo con usted 100%. Hay muchos por ahi que se nutren del odio y la envidia. A veces me dan pena, es algo que aprendieron cuando eran pioneros y les cuesta mucho trabajo desprenderse de ello.

J. Ferrer said...

Tabueno...

Anonymous said...

Muy bien, tal como es. Niobe.

Taoro said...

Eufrates, cuanta razon lleva usted en esas meditaciones con esencia de limon.
Desgraciadamente, las bajezas espirituales y los odios generados por la envidia los llevamos muy arraigados. Muchas personas necesitan de esos banos al pie de un limonar para purificar su alma.
Pero por favor, que los banos no sean tan ligeritos de ropa como los de usted.

Anonymous said...

Se soltó el moño hoy estimado Éufrates, pero con la elegancia que lo caracteriza, por eso es que me gusta el Imparcial: distancia y categoría, ji, ji, ji
Y como dice la admirada correligionaria Olga, a cuidarse de la tiña- porque creo con los muchachos de La Aragón que sí la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos no hubiera.
Buen fin de semana para todos- el papparazzi Pong lo tiene fichado, ji,ji

Tuta

Isis said...

Ahora sì!, las cosas en su sitio.
Formidable, y muy necesario;
y ni qué decir de las caricaturas de Pong.

Anonymous said...

¡Cuánto se le agradece su caballerosidad y valentía! Sandokán.