Monday, June 30, 2008

RECUERDOS DE UN VIEJITO DEL VERSAILLES


Lo llamaré Abel, porque no imagino marcar su número de teléfono sólo para preguntarle si puedo publicar su nombre. A veces no es fácil conectarse de nuevo con un ex-suegro. Pero estas anécdotas las recuerdo a ratos, porque son de esas historias que pasan sin penas ni gloria, pero que demuestran que el parto político y social de 1959 venía torcido desde el mismo inicio.

Mientras compartíamos la angustia en una sala de espera del Mercy Hospital de Miami, en lo que operaban a mi ex media naranja y niña de sus ojos, Abel abrió su gaveta de recuerdos, asombrado de que alguien de la edad de su hija pusiera con tanto placer un oído para escucharle.

Abel fue el típico joven revoltoso de los medios estudiantiles que rodearon a Fidel Castro cuando sus años de Alma Mater y Colina Universitaria. Perseguido por la policía de Batista, mi ex-suegro paró en Miami a finales de los cincuenta. Cuando su amigo Castro tomó el poder, Abel -como muchos, muchísimos jóvenes cubanos viviendo en los Estados Unidos por esa época- también regresó a Cuba para unirse a la aventura de justicia e igualdad. Y en los primeros doce meses se tomó con seriedad aquella cosa.



Cuando el gobierno revolucionario tomó la Refinería de La Habana, a Abel le dieron como responsabilidad dirigir algunos asuntos en el proceso de la nacionalización. Entonces ocurrió el atentado a la refinería y él tuvo que estar entre los primeros en acudir al lugar. Otro de los que se personó allí inmediatamente fue el Ché Guevara.

Sofocado el incendio, Abel se le acercó al Ché para transmitirle algunas inquietudes que tenían los obreros de la refinería. Entre las preocupaciones de los trabajadores estaba la incertidumbre de no saber si el gobierno revolucionario, al nacionalizar aquel complejo donde ellos habían laborado años y años, iba a respetarles todos los beneficios de antigüedad y de retiro que habían acumulado con la compañía Texaco.

La respuesta que le dio el Ché a Abel fue la siguiente: “Diles que sí, que se va a respetar todo, que nosotros luego hacemos lo que nos dé la gana...”



Dos días después Abel pidió la baja, aterrorizado.

Su segundo encuentro con el Ché fue fortuito. Abel había ido a La Cabaña a encontrarse con un ministro amigo suyo, uno de esos políticos de carrera que al principio apoyaron la revolución, y en un par de años desaparecieron por completo de la escena política. No recuerdo ahora el nombre.

Según me contó Abel -inspirado aquella mañana por haber encontrado un interlocutor tan interesado- de pronto, en el patio de La Cabaña, llamaron a los soldados a la formación militar y apareció el Ché. El argentino tenía la misión de desarmar a todos aquellos jóvenes del ejército revolucionario, porque ya empezaban a escucharse quejas e inconformidades entre las filas rebeldes.

Sin ton ni son, el Ché se viró para Abel y le tendió un saco vacío que traía en una mano. Y mi ex-suegro se vio así mismo acompañando al Ché, mientras este iba soldado tras soldado quitándole las armas, que caían dentro del saco que Abel aguantaba.

Cuando terminó aquella ceremonia, el jefe del pelotón mandó a romper filas, el Ché se fue a hablar con otra persona, su amigo ministro había desaparecido de aquel patio, y Abel no tenía idea de a quién tenía que entregarle dicho saco lleno de armas.


Abel me confesó que él no sabe por qué, pero que le dio por salir tranquilamente de allí, ya que nadie le había dicho qué hacer con aquella carga peculiar. Se montó en su carro y se fue.

Por supuesto, lo primero que quise saber fue qué pasó con el saco de armas. Abel se empezó a reír como niño pícaro y me contó que llegó a su casa, pasó el saco de armas para el maletero de un carro viejo que no usaba y estaba sin chapas, y que a partir de ese día, todos los meses vendía una para poder comprar ruedas de carne de contrabando, porque ya la comida se empezaba a poner mala. Mis ex in-laws y el resto de su familia, vivieron de aquel saco de armas hasta que se fueron de Cuba en 1965.

(Desconozco el nombre del autor de estas fotos poco conocidas del Ché; tampoco recuerdo cómo las mismas pararon en mi archivo, hoy día de El Imparcial Digital).

Sunday, June 29, 2008

LAS DAMAS DE BLANCO Y ESE TIEMPO DEL QUE HABLA RAUL RIVERO


A esas mujeres valientes que recorren la Quinta Avenida de la Habana todos los domingos vestidas de blanco, en silencio, portando un gladiolo, desafiando a la dictadura mientras le piden al mundo que se solidarice con la liberación de sus esposos, padres, hijos, hermanos, amigos, presos por el solo delito de querer pacíficamente libertad de expresión, elecciones libres y una vida digna para el pueblo cubano. Para estas mujeres, con toda admiración, dedico un gladiolo cada domingo.



El poeta Raúl Rivero, quien aprendió muy bien en las cárceles cubanas sobre las distintas dimensiones que puede tener el tiempo, habla sobre el tema en su columna dominical en El Nuevo Herald: “Día por día”.






EL AMIGO PONG, SOBRE EL CANDIDATO OBAMA


Saturday, June 28, 2008

MAÑANA: "NYC GAY PRIDE PARADE"


Mañana la comunidad gay de New York desfila por la Quinta Avenida de Manhattan, como es la tradición por estos lares cada último domingo de junio desde su primera edición en 1970. Mañana el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, junto a políticos municipales homosexuales, presidirá la fiesta donde los gays manifiestan su orgullo en la parada más creativa y divertida del año.


El movimiento gay en New York se pronunció hace 39 años contra la discriminación a la que estaban sometidos por sus preferencias sexuales, en unas revueltas espontáneas ocurridas en el Greenwich Village a finales de junio de 1969.



Todo comenzó en Christopher Street, en este local que muestran las fotos anterior y posterior, que hasta hace unos cuantos años era el legendario bar Stonewall, hoy día un pequeño y acogedor hotelito. A finales de la década de los sesenta, lesbianas y gays neoyorquinos solían encontrarse allí, bajo una temperatura social de cero grado de tolerancia. Stonewall era un oasis para los homosexuales de la ciudad.


Durante una redada policial efectuada en Stonewall entre los días 27 y 29 de junio de 1969, los Finest municipales encontraron una de las más peculiares resistencias: Los clientes de Stonewall se defendieron con cuanto tuvieron a mano contra la violencia policial, protagonizando una revuelta donde la sangre llegó al río. Fue así que Stonewall se convirtió en la cuna de la liberación de los homosexuales de la historia moderna.


Justo frente a la estatua del General de la Guerra Civil Americana Philip Henry Sheridan, que preside el Sheridan Square, los gays y lesbianas neoyorquinos abrieron las puertas de la comprensión y tolerancia al resto de los homosexuales del país y del mundo. En este curioso parque, que más que un cuadrado es un triángulo, un conjunto de cuatro estatuas que representan dos parejas, una de dos hombres y la otra de dos mujeres, conmemoran el orgullo de la comunidad gay y aquellos sucesos de 1969.




Tradicionalmente el Gay Pride Parade neoyorquino baja de norte a sur por la Quinta Avenida, luego atraviesa pequeñas calles del Village y termina en Christopher Street, calle que es símbolo del orgullo gay, donde muchos comercios adornan sus fachadas con la bandera multicolor de la coalición del arcoiris durante los doce meses del año, con sus acogedores cafés, restaurancitos, sexshops y boutiques.



Mañana, mientras los gays y lesbianas neoyorquinos adornan la Quinta Avenida y el Greenwich Village con su desbordada imaginación y contagiosa alegría, recordaré que en mi otra isla los gays cubanos trataron de desfilar abiertamente el pasado día 25, sin Marielas ni partido manipuladores, y fueron reprimidos por la misma dictadura que los ha amordazado a ellos como comunidad, y al resto del país por cinco décadas.



La foto anterior muestra fachadas de algunos negocios de Christopher Street. La próxima imagen es del bar gay Monster, frente al Sheridan Square, y la que le sigue, el bar de lesbianas Rubyfruit, en Hudson Street, en el West Village.




La placa que conmemora las revueltas de 1969 está ubicada en la entrada del hoy The Stonewall Inn., otrora el bar donde los gays y lesbianas neoyorquinos lucharon por sus derechos.



(A todos mis amigos gays y lesbianas; en especial, a Huguito Martínez, donde quiera que esté...)

Friday, June 27, 2008

LA PRENSA EN LOS OCHENTA

Expósito

Angela

Lillo

Pepito

Tony y la China

Guillermo

Camilo

Wilfredo y Klaus

Lima

Tony

Vivian

Hilario

Mary

¿Ortega?

Mohamed Expositó

Thursday, June 26, 2008

¿POR QUE CERRARON LOS MIQUIS DE MIAMI?


Con profunda tristeza hoy les cedo la palabra a Dos Miquis de Miami, para que estos ratoncitos miamenses tengan un lugar donde despedirse de sus lectores. En el siguiente texto ellos explican lo acontecido con este blog popular, controvertido, animadísimo, inteligente, agudo y, por sobre todas las cosas, divertido a más no poder. Después de casi un año de arduo trabajo, no era justo que estos miquitos no tuvieran un lugar donde decirles un “hasta luego” a quienes los acompañaron por todo este tiempo. El Imparcial Digital les desea muchos éxitos en sus trabajos y vidas personales. Particularmente, quiero creer que los tendremos de alguna forma de nuevo en nuestra ciber-isla.
Eufrates del Valle

¿POR QUE CERRARON LOS MIQUIS DE MIAMI?
Los Miquis de Miami surgieron hace casi un año con la intención de expresar una serie de inquietudes profesionales a través del maravilloso mundo de los blogs. Desde un principio, sus realizadores Naday Balbuena, productora de televisión, y los periodistas y también productores de televisión, Rolando Nápoles y Miguel Fernández, nos pusimos el compromiso de ser una diferencia, con la mayor calidad posible, dentro de la blogósfera cubana en el exilio. Eso sí, sin dejar de divertirnos, razón esencial de su existencia. Y así tratamos de hacerlo. Nos llevó tiempo, trabajo, horas de búsqueda y el valioso apoyo de otros colegas con más experiencia que nos dieron el primer empujón.

La primera razón por la que cerramos fue porque en los últimos tiempos nuestro trabajo como productores del Canal 41 de Miami, de lo que sí vivimos, nos había estado exigiendo muchas más horas de dedicación. Como el blog nunca fue de este canal, ni representó sus intereses, lo debíamos hacer en nuestros momentos libres, los cuales se fueron reduciendo cada vez más. Sentimos entonces que no teníamos ni el tiempo, ni las mismas ganas para sostener el compromiso primario al abrirlo. Y en las últimas semanas eso se reflejó en lo que publicábamos. Ya no lo podíamos hacer ni con el ritmo, la cantidad, la variedad y la frescura de otro momento. Lo mejor entonces era parar. Sobre todo porque nuestro trabajo en el canal, al contrario de disminuir, crece cada día más.

La segunda razón fue porque el blog, internamente entre nosotros, dejó de ser un divertimento para convertirse casi en una redacción de un periódico. Tuvimos varias diferencias de opiniones en la publicación de algunos artículos que nos llevaron a debates y discusiones innecesarias entre nosotros, que nos hicieron desgastarnos en situaciones sin sentido y perder un valioso tiempo de nuestras vidas. El blog siempre mantuvo la libertad de expresión interna y para los comentarios. Pero ninguno de nosotros se quería convertir en un jefe de redacción o en un censor de artículos con los que no se estaba de acuerdo. No era el espíritu inicial.

La tercera la explicamos en una de nuestras últimas publicaciones: “Nos hemos percatado de que ni siquiera viviendo en libertad los cubanos podemos practicar un ejercicio democrático en el intercambio de ideas. Y muchos de los debates en los blogs cubanos del exilio así lo confirman. En una mayoría de los casos, prevalecen los egoísmos, los egos, las altanerías, la autosuficiencia y, en muchos casos, las ofensas personales, aunque existan todos los argumentos del mundo para la discusión.” Nunca le temimos al debate de ideas ni a los ataques que nos hicieron, con razón o no. Al contrario, nos dijeron de todo en los comentarios, nos amenazaron telefónicamente a través de otro colega con el método siciliano “con cinco mil dólares averiguo quienes son y con 50 mil les bajo los dientes”. Nunca censuramos un comentario. Pero ya el nivel al que habían llegado algunos de los debates generados por nuestros publicaciones, con razón o no, superaba cualquier debate serio y civilizado de ideas, que era nuestra aspiración.

¿Por qué no se ha podido cerrar completamente el blog?

Lo explicamos en un comentario que enviamos a varios blogs amigos: “alguien” le cambió la contraseña y no pudimos cerrarlo. Ninguno de los tres que la conocíamos asegura que fue. No tenemos pruebas contra nadie. Solo vimos la firma de un Miqui CCR en el último artículo que no sabemos quién es. No hubiéramos querido que finalizara así. Nos hubiera gustado despedirnos y agradecerles a todos los que nos apoyaron, nos comentaron y nos acompañaron en todo este tiempo, a favor o en contra, no importa. Pero lo hicieron. Fue lo más importante: saber que esas personas dedicaron un espacio de su valioso tiempo para leer a los Miquis. Y de eso estaremos eternamente agradecidos. Como de este espacio que nos ofrece Eufrates para explicar estos hechos. No podíamos negarnos ante quien es cita obligada y placentera de nuestros recorridos por los blogs. Con él nos unió una amistad vía e-mail que esperamos se mantenga por muchos años.

Dos Miquis de Miami
Naday Balbuena y Rolando Nápoles

Wednesday, June 25, 2008

ARQ. CHEO MALANGA: LAS MURALLAS


“Las Murallas de La Habana”
Por Arquitecto Cheo Malanga

La Villa de San Cristóbal de La Habana en la época colonial fue punto obligado de reunión para las naves que transportaban las riquezas saqueadas de nuestra América hacia la metrópoli, España.
Los corsarios y piratas, que hacían víctimas de sus desmanes a estas naves cargadas de riquezas, obligaron a la corona española a organizar flotas para defenderse mejor de sus ataques, lo cual llevó a un cambio de estrategia por parte de los filibusteros, que intentaron entonces apoderarse de la ciudad por tierra.



El gobierno español, ordenó la fortificación de la Ciudad con obras de ingeniería militar; pero la vulnerabilidad de la villa por tierra determinó el surgimiento a finales del siglo XVI de una idea para amurallarla.
La variante inicial de este proyecto comprendía la construcción de la obra en piedra con el apoyo económico de Madrid, lo cual no se realizó debido a numerosos trámites burocráticos y los consecuentes argumentos de España respecto a la carencia de fondos para los trabajos.



Como segunda propuesta se comenzó la ejecución de la muralla defensiva empleando madera, lo que en la práctica resultó frágil, y fue abandonada rápidamente al valorar que podía ser derribada muy fácil con el auxilio del fuego.
La tercera opción consistía en rodear a la villa con fosos de agua, pero ello quedó sólo en la mente de sus promotores por lo irrealizable y poco práctico, pues la insalubridad sería el primer problema a afrontar.


Por último se logró la aprobación del proyecto y el presupuesto necesario para los trabajos, con el empleo de la piedra de cantería como material fundamental, bajo el mandato del gobernador Francisco Rodríguez de Ledesma. En el año 1674 se comenzaron los trabajos. Los planes preveían en un inicio su realización en un plazo de tres años; pero en la práctica se extendieron a más de seis décadas, pues la monumental obra fue concluida en el año 1740.
Para esa fecha, la muralla se había convertido en un elemento característico del entorno urbano de la villa. Poseía entonces nueve puertas para el acceso a la ciudad, entre ellas las más conocidas fueron la de la calle Reina, la de La Punta y la llamada de La Muralla.



El cañonazo de las nueve, así se le llamaba a la hora del cierre de las puertas, porque un disparo de cañón realizado desde el castillo de San Carlos de la Cabaña avisaba de este hecho cotidiano. Este cañonazo se convirtió en una tradición muy habanera aun viva de manera simbólica.
La vida útil de la muralla, construida con tanto esfuerzo y durante tantas décadas, se limitó sólo a 123 años, pues ya en 1863 se comenzó su demolición al ser incapaz de frenar la expansión de las construcciones más allá de sus muros, con lo cual el llamado espacio extramuros se fue urbanizando y poblando a un ritmo vertiginoso. La Habana extramuros se hizo inevitable, porque en las nuevas áreas se localizaron no sólo los suburbios, sino también importantes avenidas, zonas comerciales y regias edificaciones como el palacio de Aldama, el Teatro Tacón, el Paseo del Prado y el campo de Marte. Los barrios de extramuros llegaron a ser tan poblados como la zona interior y la muralla era sólo un estorbo porque tenía limitadas puertas por donde entrar o salir.


Actualmente solo quedan algunos restos de la muralla dispersos en la parte vieja de la ciudad y junto a la señal sonora de las nueve de la noche, recuerdan la existencia de las murallas en torno a la villa para evitar los ataques de corsarios y piratas. La Muralla de la Habana es hoy historia y símbolo de una época.


Tuesday, June 24, 2008

LETICIA… 18 AÑOS DESPUES

Fotorreportaje: Pablo Ortiz