Foto cortesía Flickr.
El público habanero que asista al concierto de Juanes seguramente la pasará bien. Sea Juanes o Chucho Mogollón, cualquiera viene como anillo al dedo para la abulia. Y, si pasa “algo” durante el evento, ese público decidirá si grita o aplaude dependiendo de la balanza, tal como ha sido entrenado el hombre nuevo. No importa, acostumbrado a vivir con lo que el día le ponga delante, bailará con la carnada y unas horas después, con voz ronca y pies hinchados, volverá a lamentarse de la desgracia nacional, esperando que venga algún que otro día más que le resuelva la hinopia. A eso le llamo luz corta.
Algunos lectores dirán: “Ah, Éufrates, qué fácil hablas; se ve que no estás allá”. Y yo le respondería: “Bueno, para eso me largué, para evitar ser un zombie enquilosado o gritar como Pánfilo una tarde de tragos y caer en la cárcel”. Mi grito de independencia individual lo dí al presentar mi salida de Cuba, y ya han pasado más de dos décadas. Sin embargo, cada vez que me asomo a una ventana de la Isla, veo que las cosas de malas fueron a peores, de peores a requetepeores y de requetepeores al absurdo. Considero que en esa ocasión puse la luz larga y afortunadamente no tuve que vivir el período especial, ni el resto de mi vida esperando milagros, o por tía Milagros de Miami. Con esto quiero decir que yo me fui. Quienes siguen en la letanía son los que están dentro; deben ser, por ende, los más interesados en cambiar su destino.
Pues bien, lo que verá el mundo de ese concierto, lo puedo imaginar, es el mismo pueblo uniforme, la gran masa del 1ro de mayo, ahora bailando, divirtiéndose. Los periódicos no escribirán de la cantidad de miembros de la policía secreta vestidos de civil mezclados con la población, esperando caerle a palos al primero que se le ocurra decirle a Juanes que la cosa en Cuba no es de paz, sino de libertad. Imagino a Amaury Pérez sin suficiente espacio físico para su risa, enarbolando consignas, que estarán disfrazadas de peace and love.
En una época en que la dictadura cubana está desprestigiada y los gobernantes del mundo la toleran porque nadie quiere cargar con ese muerto que se ha vuelto la Isla, el concierto para los Castros es más que necesario. Publicidad de un pueblo alegre, que disfruta intensamente. Una inyección al turismo con los paquetes de las agencias de viajes, y la solidaridad internacional del público no cubano que arrastra Juanes. Ah, y el beneplácito de Obama, como si un concierto fuese una apertura democrática. Negocio redondo. La dictadura puso la luz larga.
Las recientes declaraciones de Gloria Estefan sobre si ella cantaría en Cuba fueron dichas con luz larga. La opinión de los presos políticos que firmaron la carta en favor del concierto, con todo el respeto y admiración que les profeso, la considero de luz corta. Y no venga nadie a decir ahora que Éufrates está “hablando mal de los presos políticos”, porque eso sería una calumnia. Mi admiración hacia esas personas me ha hecho dedicarle cada domingo a las Damas de Blanco. Pero, a la vez, no veo nada malo en no estar de acuerdo en algo que sostienen personas a las que tengo en
alta estima. Por la libertad de ellos seguiré publicando semanalmente porque, estemos o no de acuerdo en un punto, la realidad es que ellos están presos injustamente, y cargan sobre sus hombros esa injustica con sobrado decoro. De haberme quedado en Cuba -¿quién sabe?- podría haber sido uno de ellos.
Sin embargo, a mi entender, luz larga ha tenido la campaña Jama y Libertad. Entre varias noticias que he recibido de la Habana, hay una que deseaba compartir con ustedes: me cuentan que los vídeos de Pánfilo se pasan de mano en mano, que sus célebres frases ya están incorporadas en el argot callejero y que la gente allá conoce de la campaña. Esta conexión que se ha creado entre los cubanos del exilio y los de la Isla me da esperanzas.
Ojalá que, al menos una parte de los asistentes al concierto de Juanes, ponga ese día la luz larga, aproveche la conyuntura de la prensa internacional y, mientras mueva la cadera, ponga el estribillo que hace falta: Jama y Libertad. Esas dos palabras coreadas entre todos podrían hacer la diferencia.
El público habanero que asista al concierto de Juanes seguramente la pasará bien. Sea Juanes o Chucho Mogollón, cualquiera viene como anillo al dedo para la abulia. Y, si pasa “algo” durante el evento, ese público decidirá si grita o aplaude dependiendo de la balanza, tal como ha sido entrenado el hombre nuevo. No importa, acostumbrado a vivir con lo que el día le ponga delante, bailará con la carnada y unas horas después, con voz ronca y pies hinchados, volverá a lamentarse de la desgracia nacional, esperando que venga algún que otro día más que le resuelva la hinopia. A eso le llamo luz corta.
Algunos lectores dirán: “Ah, Éufrates, qué fácil hablas; se ve que no estás allá”. Y yo le respondería: “Bueno, para eso me largué, para evitar ser un zombie enquilosado o gritar como Pánfilo una tarde de tragos y caer en la cárcel”. Mi grito de independencia individual lo dí al presentar mi salida de Cuba, y ya han pasado más de dos décadas. Sin embargo, cada vez que me asomo a una ventana de la Isla, veo que las cosas de malas fueron a peores, de peores a requetepeores y de requetepeores al absurdo. Considero que en esa ocasión puse la luz larga y afortunadamente no tuve que vivir el período especial, ni el resto de mi vida esperando milagros, o por tía Milagros de Miami. Con esto quiero decir que yo me fui. Quienes siguen en la letanía son los que están dentro; deben ser, por ende, los más interesados en cambiar su destino.
Pues bien, lo que verá el mundo de ese concierto, lo puedo imaginar, es el mismo pueblo uniforme, la gran masa del 1ro de mayo, ahora bailando, divirtiéndose. Los periódicos no escribirán de la cantidad de miembros de la policía secreta vestidos de civil mezclados con la población, esperando caerle a palos al primero que se le ocurra decirle a Juanes que la cosa en Cuba no es de paz, sino de libertad. Imagino a Amaury Pérez sin suficiente espacio físico para su risa, enarbolando consignas, que estarán disfrazadas de peace and love.
En una época en que la dictadura cubana está desprestigiada y los gobernantes del mundo la toleran porque nadie quiere cargar con ese muerto que se ha vuelto la Isla, el concierto para los Castros es más que necesario. Publicidad de un pueblo alegre, que disfruta intensamente. Una inyección al turismo con los paquetes de las agencias de viajes, y la solidaridad internacional del público no cubano que arrastra Juanes. Ah, y el beneplácito de Obama, como si un concierto fuese una apertura democrática. Negocio redondo. La dictadura puso la luz larga.
Las recientes declaraciones de Gloria Estefan sobre si ella cantaría en Cuba fueron dichas con luz larga. La opinión de los presos políticos que firmaron la carta en favor del concierto, con todo el respeto y admiración que les profeso, la considero de luz corta. Y no venga nadie a decir ahora que Éufrates está “hablando mal de los presos políticos”, porque eso sería una calumnia. Mi admiración hacia esas personas me ha hecho dedicarle cada domingo a las Damas de Blanco. Pero, a la vez, no veo nada malo en no estar de acuerdo en algo que sostienen personas a las que tengo en
alta estima. Por la libertad de ellos seguiré publicando semanalmente porque, estemos o no de acuerdo en un punto, la realidad es que ellos están presos injustamente, y cargan sobre sus hombros esa injustica con sobrado decoro. De haberme quedado en Cuba -¿quién sabe?- podría haber sido uno de ellos.
Sin embargo, a mi entender, luz larga ha tenido la campaña Jama y Libertad. Entre varias noticias que he recibido de la Habana, hay una que deseaba compartir con ustedes: me cuentan que los vídeos de Pánfilo se pasan de mano en mano, que sus célebres frases ya están incorporadas en el argot callejero y que la gente allá conoce de la campaña. Esta conexión que se ha creado entre los cubanos del exilio y los de la Isla me da esperanzas.
Ojalá que, al menos una parte de los asistentes al concierto de Juanes, ponga ese día la luz larga, aproveche la conyuntura de la prensa internacional y, mientras mueva la cadera, ponga el estribillo que hace falta: Jama y Libertad. Esas dos palabras coreadas entre todos podrían hacer la diferencia.
20 comments:
Eufrates, le doy A+. De acuerdo totalmente con sus reflexiones. Por cierto, queria comentarle que hablé de Ud. en la ponencia que envié al Congreso virtual internacional de blogueros. Justamente lo menciono a poposito de sus domingos dedicados a las Damas de Blanco, un apoyo constante y digno de subrayar cuando de buenas blogacciones se trata. Saludos para Ud.
Veamos el lado bueno, digamos q difundir y considerar diferentes opiniones desde la Isla con respecto al concierto es un ejercicio de democracia y libertad, a mi me gustaría q Juanes dijera el 20 septiembre alguna frase por la verdadera democracia en Cuba, pero le veo pinta de rojo al Juanes,, asi q mejor no me espero nada de él , mejor espero ALGO de los Cubanos q vayan al concierto.
saluti da Italia
Tu post tiene puesta la luz larga, Eu.
Pánfilo está pagando el pato. Se le podría titular "Crónica de un apresamiento anunciado". Cometió el error de hablar a cámaras y convertirse en algo mediático, a pesar de que hay miles de cubanos que dicen lo mismo, en plena lucidez. Pero esa lucidez es la que les impide hablar porque todos sabemos cómo se las gasta el régimen. Siempre me acuerdo de la obra "1984" de Orwell, para la gente que está en el mundo libre, una fábula fascista, para los que están en Cuba: la realidad supera la ficción.
Gran artículo, de los grandes, y sin alharacas, contundente.
Eufrates, hoy vino usted con la recta a 95 millas. Esta pitcheando al duro.
!!!Jama y Libertad!!!.
Maravilloso articulo. Absolutamente de acuerdo con todo lo que dice. Su luz brilla hoy, mi querido amigo como nunca. Gracias y ojala el estribillo"Jama y Libertad" se escuche ad infinitum...
Extraordinario. ¡Jama y Libertad! Niobe.
Yo sólo sé que la mayoría de los artistas entre los que incluyo a Juanes y muchos otros aquí en España y que conozco, defienden la izquierda y eso es así, me parece bien y no me importa. Cada uno defiende en lo que cree. Lo que me preocupa profundamente es que en favor de defender la izquierda, defiendan una dictadura porque es de izquierdas y lo demás no importa, se permite, no es tan grave... Aquí en España es así, con su trauma de dictadura de derecha, todo lo que hagan los de izquierda esté bien o mal, se aplaude. La gente o tiene muy mala memoria o mira para otro lado cuando no le conviene.
Bravo, buen comentario.
Te felicito, excelente comentario.
Muy buen artículo, Eufrates del Valle! Ojalá que allí en la PLaza de la Humillación alguien tenga la luz larga para darle vivas a Pánfilo!
De lo mejor que he leído en estos días. Sandokán.
Buenisimooooooooooo...es como describo tu disertacion acerca de la LUZ...Gracias a Dios q podemos saber cual es la Larga y la Corta...sino q hubiera sido de nosotros ehhhhhh????
DON EUFRATES:
HOY TUVO USTED TODA LA LUZ.
Eufrates, escribes con excelencia lo que muchos pensamos, gracias!
Jama y Libertad!
Eufrates, con este articulo me he sentido muy identificada, gracias a Dios tuvimos luz larga para partir, pero desde aqui tratamos de aportar nuestro granito de arena para pedir libertad para nuestra Patria. Cuba nos duele y mucho.
Jama y Libertad para nuestro PANconFILO.
Bien dicho estimado Eufrates!
Como vez, ya estoy de regreso y aprovecho para felicitarte en el 2do aniversario de El Imparcial. En la red, no estoy completamente de regreso, pues estoy nuevamente desconectado a causa de la mudanza. Un saludo y bella foto la que acompaña este texto!
Formidable tu artículo Eufrates, te felicito y te agradezco por poder expresarte con los detalles que yo quisiera decir.
Amén
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