Mi abuelo hubiese dicho: “Ni se vistan que no van al baile”.
Porque, para un cubano ir a Coppelia es sinónimo de helado. Y si este Coppelia está en una de las ciudades más importantes del mundo, lo menos que el cubano puede esperar es la variedad de los 50 sabores con que se inauguró el Coppelia habanero de L y 23 en los años sesenta.
Porque, para un cubano ir a Coppelia es sinónimo de helado. Y si este Coppelia está en una de las ciudades más importantes del mundo, lo menos que el cubano puede esperar es la variedad de los 50 sabores con que se inauguró el Coppelia habanero de L y 23 en los años sesenta.
Después de leer en el blog Penúltimosdías que un Coppelia abría en Manhattan, para allá partimos el diseñador gráfico Rolando Pulido, mi alterego y yo a degustar un helado y echarle un vistazo al lugar. Les cuento.
Si bien unas banderitas cubanas como detalle de la decoración prácticamente dan la bienvenida al entrar al local, la añoranza que nos motivó llegar hasta allí se evaporó al leer el menú.
Entre Bandeja Paisa, Ensalada Suiza, Nachos y Tacos, y Mofungo Camarones, encontramos una Ropa Vieja o una Papa Rellena. De los 50 sabores de helado que nos hacía agua la boca, sólo unos tres o cuatro confeccionados allí, como helado de aguacate por ejemplo. La realidad es que este Coppelia es un restaurante de comida latinoamericana que nada tiene que ver con nuestra famosa heladería, a pesar de los elementos banales de la decoración relacionados con nuestro país.
Conversamos con Luis, joven mexicano, quien nos contó que estaba asociado con la cubana Beatriz de Armas en esta aventura del Coppelia de New York. ¿Por qué el nombre de la heladería? Le preguntamos.
Luis nos habló del mostrador con las banquetas tan populares en las cafeterías de los años cincuenta del siglo pasado. Luis nunca ha visitado la Habana como para comprobar que esas banquetas en la Isla si no se han extinguido están a punto (no sé en qué estado se encuentren las de Coppelia hoy día), y que las mismas no representan en nada símbolos cubanos; si en Cuba pulularon fue más bien por la marcada influencia que teníamos de la modernidad norteamericana antes de 1959.
Luis nos habló del mostrador con las banquetas tan populares en las cafeterías de los años cincuenta del siglo pasado. Luis nunca ha visitado la Habana como para comprobar que esas banquetas en la Isla si no se han extinguido están a punto (no sé en qué estado se encuentren las de Coppelia hoy día), y que las mismas no representan en nada símbolos cubanos; si en Cuba pulularon fue más bien por la marcada influencia que teníamos de la modernidad norteamericana antes de 1959.
Sin embargo, si ignoramos por unos segundos el nombre del restaurante, les aseguro que la experiencia vale la pena. La preparación de la comida de primera calidad. Rolando eligió una Frita Cubana que, aunque no era esa frita cubana que encontramos en Miami en cada esquina, resultó muy sabrosa a pesar de que por mariquitas estuviera acompañada de yuca frita.
Yo pedí Tres Leches de Mango, que se quedó en el camino entre las Tres Leches y un batido de la fruta. Sin embargo, a mis acompañantes le satisfizo.
Yo pedí Tres Leches de Mango, que se quedó en el camino entre las Tres Leches y un batido de la fruta. Sin embargo, a mis acompañantes le satisfizo.
Los camareros, amabilísimos y diligentes. Quizás porque eran las seis de la tarde y pocos comensales para dicha hora en un restaurante en su tercer día de abierto, nos pareció demasiados en relación con los clientes. De música de fondo, bastante alta para ser “de fondo”, una salsa que hería mis tímpanos y que intenté varias veces que quitaran sin obtener resultados.
Pienso que a este nuevo restaurante le va a ir muy bien. Una decoración ecléctica acogedora, calidad, variedad y creatividad en la confección de la comida y una ubicación maravillosa en la concurrida calle 14 entre las avenidas Séptima y Octava.
Pero, usar el nombre de Coppelia para un restaurante más en esta ciudad de restaurantes es como gastar cartuchos certeros, o esos dardos exactos si el Coppelia de New York hubiese sido una heladería, considero como buen cubano criado entre Ensaladas, Jimaguas, Sunday, Banana Split y Turquino.
Temo que un turista despistado después de haber pasado por acá llegue un día a la Habana y, “sin quitarse el polvo del camino”, vaya directo al Coppelia y le pida a una camarera unas Arepas de Pabellón. Lo menos que recibirá será un revirón de ojos con el chasquido que produce un “huevo frito” de boca.
Pero, usar el nombre de Coppelia para un restaurante más en esta ciudad de restaurantes es como gastar cartuchos certeros, o esos dardos exactos si el Coppelia de New York hubiese sido una heladería, considero como buen cubano criado entre Ensaladas, Jimaguas, Sunday, Banana Split y Turquino.
Temo que un turista despistado después de haber pasado por acá llegue un día a la Habana y, “sin quitarse el polvo del camino”, vaya directo al Coppelia y le pida a una camarera unas Arepas de Pabellón. Lo menos que recibirá será un revirón de ojos con el chasquido que produce un “huevo frito” de boca.
En el Coppelia de New York lo que más que nos recordó a Cuba fue el baño.
12 comments:
Estimado Eufrates
Que emocionada cuando lei y vi Coppelia en NY.Pero que desilucion a medida que iba leyendo.
La boca se me hizo agua pensando en los ricos helados del Coppelia.
Saliamos del pre saul delgado y nos ibamos a tomar esas deliciosas copalolita,ensalada,suero.
Gracias por hacerme recordar esos tiempos de mi adolescencia.
Saludos
Si seguimos asi pronto el unico musico autentico sera compay segundo y su claque
LOL! Asi mismo estimado Pong! Y gracias por la elegante instantanea que me hizo para este post!
Hola Anonimo! Habia olvidado la Copa Lolita! Cuando escribi el texto puse Cake a la Moda, y luego corriendo lo arregle, porque recorde que se llamaba Turquino. Ah! el Suero! Que delicia! Gracias por pasar!
Con pocas expectativas pero con la boca hecha agua, finalmente llegamos a “Coppelia”.
La fachada es muy bonita, limpia, fresca, nueva, de estreno y tan ajena al concepto que los cubanos tenemos del Coppelia como el font “Ramona“, que utilizaron para escribir el nombre en el cartel, dándole ya a primera vista, un toque mas South Western que cubano.
En su interior, todo muy limpio y ordenado. Los camareros todos muy profesionales, trataron de explicarnos los platos dándole un tono de “fantasía cubana” a un menú, en el cual solo algún que otro plato tenía nombre de comida cubana, aunque ni remotamente tenían nada que ver con la que conocemos.
Ir a Coppelia con la idea del Coppelia, es un fiasco.
Por otro lado puedo asegurar que la comida es bastante buena y la atención es fantástica.
Debo también afirmar -como Eufrates- que la música es horrenda, aunque tampoco me sorprendió mucho, ya que en muchos restaurantes “auténticos cubanos” de Miami, también la ponen.
Saciar las ganas de helado con una hamburguesa roja en el centro y con lechón asado y desmenuzado encima, dentro de un bollo de pan y yuca frita al lado, no fue lo ideal.
De regreso a casa compré una pinta de Häagen-Dazs, cerré los ojos encima de una butaca y sentí hasta la brisa que corría por entre los salones del Coppelia, el de Cuba. Mientras saboreaba las fresas de mi helado, me hacía “cráneo” pensando en naranja piña.
Lo mas cercano al Coppelia, en el Coppelia newyorkino, fuimos nosotros.
Como las Tres Gracias, Natacha, Eufrates y yo.
¿Helado de Aguacate?
…ah, …Ok.
¡Hasta la próxima!
Yo probé en Brasil el helado y el batido de aguacate, y les digo que es delicioso, para ellos es una fruta, pra nosotros un buen elemento para ensalada, pero es delicioso en cualquier forma, Coppelia tiene un valor nostalgico, pero sus helados no son ni fueron nada fuera de lugar, y no creo que los cubanos podamos decir algo sin tener la oportunidad de comparar otros helados, que en la Cuba desde 1959 nunca estuvieron al alcance del pueblo, yo he probado helados muy supeiores a los coppelias, pero con un enlace sentimental - juventud y recuerdos-es posible que se sienta preferencia por ese paladar, otros tienen ese vinculo con los chicharos, la carne rusa etc...hasta la pizzeta y los espaguettis picoteados con una salsa dudosa y queso de papa ruso.
Y que conste que me encanta el chicharo con arroz blanco y huevo hervido y la carne rusa.
¡Qué rico! Qué envidia me dan! Para la próxima me avisan, no importa que se hayan desencantado un poco, es imposible lograr la similitud, y aunque es lógico que no se parezca a "nuestro Coppelia" habanero fue una buena idea de esa cubana ponerle tal nombre.
Dilecto Pong, mi paladar es atrevido para nuevos sabores, pero para los ya conocidos, muy conservador. No podria con un batido de aguacate, esa es la verdad, como no disfrute las Tres Leches de Mango. Pero, como bien dices, sentimos nostalgia del helado Coppelia porque nos criamos con el. Tendria que probarlo de nuevo para poderlo "catar" entre los helados que he ido conociendo en las ultimas decadas. Hoy por hoy, me quedo con el Haagen-Dazs, sin duda alguna.
Estimado/a anonimo de las 6:10pm, le podemos avisar en la proxima, si es que esta en el area y nos deja saber como ... LOL!
No sé si es por la cantidad de años que hace que abandoné Cuba, pero los recuerdos infantiles-adolescentes que tengo de los inicios de Coppelia siguen bien grabados. La variedad de helados y de sabores... pero duró poco. Después de la Expo'68 en Montreal, aquello fue cuesta abajo. Aún así, al igual que el primer Anónimo, recuerdo salir en pandilla de la Secundaria Rubén Martínez Villana, situada en 25 junto al Habana Libre, para hacernos la cola del Coppelia... muy bonitos recuerdos.
En Miami sí hay una heladería en la 7ma calle del NW con nombre "Coppelia", que ofrece sabores como los de La Habana con buena factura, sobre todo el guayaba y el naranja-piña. Se pueden comprar platillos de helado con las mismas denominaciones cubanas: ensalada, jimaguas, etc. Junto a los sabores coppelianos como almendra o chocolate almendrado hay sabores gringos también.
Ahora bien, esta visita de Uds. me recuerda una sauna de Lima llamada "La Catedral". Las chicas no estaban del todo mal y la atención era excelente; pero rezar, lo que es rezar, allí no pude.
jecuevas, mi recorrido a Coppelia era saliendo de la secundaria la Finlay, en G y 11, cuesta arriba hacia 23 y L.
Guicho... LOL!Asi mismo nos paso, no pudimos rezar... LOL!
Eufrates, de los recuerdos a la irealidad... de coppelia ya ni el nombre, como comenta Pong recuerdos nostalgicos, Nada era bueno ni sabroso, ni la carne rusa, ni los helados, ni el pollo a la jardinera, ni las pizzas de la piragua, ni los Cabezones, Yemitas, y Borrachitas del Ailette del Focsa, pero si fue nuestra vida y nuestros "Buenos" momentos, probablemente la dieta era tan alta en carbohidratos que la glucosa en sangre nos mantenia a todos en una demencia diabetica. jajajajaja... Buen intento Don Eufrates, no le digo yo siempre que me enamora su optimismo..
es probable que tengan razon,siempre me he cuestionado si realmente existio Coppelia tal y como lo recordamos o es simplemente una trampa nostalgica.
Me contenta la trampa!
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