

Su infancia transcurrió de pueblo en pueblo, junto a su madre divorciada y 2 hermanas, viviendo de la caridad de parientes y amigos adinerados. Luego la familia se radicó en Camden, Maine –estado natal de Edna- en una modesta casa en la propiedad de una tía abuela. Fue una infancia de carencias materiales; sin embargo, rica en imaginación y retos. Cora, la madre, siempre viajó con sus libros de Shakespeare o John Milton, con los cuales alimentó el espíritu de sus tres hijas.
Los talentos literarios de Edna comenzaron a florecer en la Escuela Secundaria, en la medida que publicaba en revistas y periódicos de Camden. En 1912 concursó en The Lyric Year con su poema “Renascence”. A pesar de que todas las espectativas estaban a favor de su poema, Edna ocupó el cuarto lugar. El incidente se volvió escándalo y su obra acaparó más publicidad.

Edna fue una mujer de grandes pasiones. Amó a hombres y mujeres con la misma intensidad, y se sabe que su matrimonio con Eugene Jan Boissevain en 1923 fue una relación abierta y de entendimientos mutuos. El era un hombre de 43 años que la apoyó en su trabajo creativo y consintió en sus, para la época, extravagancias. La pareja vivió en la finca Steepletop en Austerlitz, New York, donde recibían amigos por temporadas. Edna le sobrevivió cuando él murió de cáncer en los pulmones, falleciendo ella un año después.
2 comments:
Que bien, un respiro de poesia! No conozco a la poetisa- yo soy old school- pero voy a leerla, Eufrates.
Tu sabes que yo te leo y te sigo, mi panga. Ah, y gracias por la cobertura de los asuntos de la otra Isla.
Un abrazo
Nino
me gusta Ariel, de Sylvia Plath.
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