Querido Éufrates:
Te voy a contar algo que tal vez no te sorprenda, porque me conoces muy bien y sabes que soy un romántico perdido y la nostalgia a veces me gana la batalla. Hace poco te recordé en una de mis cartas que viví mucho tiempo en Buenos Aires, la hermosa capital de Argentina, y me llené del sabor dulce-amargo que deja el tango y me dejé llevar por esa pasión que muchos sentimos por las costumbres y la manera de hacer de su gente, calificados por unos como pedantes y simpáticos por otros.
El otro día regresaba a mi casa escuchando música en el camino y no sé porqué escogí el disco Lágrimas negras que hicieron el pianista cubano Bebo Valdés y el cantaor de flamenco El Cigala, ganadores de muchos premios por esta obra de arte. En el CD hay un tema que se llama Niebla del riachuelo que me traslada sin proponérmelo a La Boca, a Caminito, a la zona de Constitución, lugares de mucho interés turístico ahora, aunque antiguamente era el barrio de los humildes inmigrantes italianos y de gente de pueblo con escasos recursos de la capital argentina.
En el barrio de La Boca está la famosa calle Caminito, inmortalizada por Gardel en un tango, ubicada muy cerca del embarcadero donde llegaban y salían los barcos por el Río de la Plata y donde vivían cientos de familias en pequeños solares con un servicio colectivo y muchas habitaciones. Las paredes exteriores son de chapa y están pintada de una manera que en la época era el reflejo de la más triste pobreza y ahora una curiosa forma de arte popular. Los habitantes de esa calle recogían los sobrantes de pintura de las embarcaciones y pintaban esas chapas como un gran arco iris.
En esa calle se reunían los tangueros para cantar y bailar, tradición que se mantiene, y se podía comer y beber como dioses en sus pequeños restaurantes. Ahora el turismo domina la zona y han aparecido pintores, escultores y artesanos ofreciendo sus obras y los bares te brindan una exquisita sidra tirada servida en copas heladas.
A la orilla de río solía pasear. Caminaba con el placer de ver las cosas que una canción describía y yo repetía en silencio: “Niebla del riachuelo amarrao al recuerdo te sigo esperando. Niebla del riachuelo de ese amor para siempre me vas alejando…”
Debo reconocerte, Éufrates, que la canción me amarra el corazón y sobre todo la forma desgarradora de la voz de El Cigala. Quería compartirlo contigo y los amigos lectores porque no me cabe en el pecho. A mi corazón le faltan más gigabytes.
Un abrazo, tu amigo Plutarco
Te voy a contar algo que tal vez no te sorprenda, porque me conoces muy bien y sabes que soy un romántico perdido y la nostalgia a veces me gana la batalla. Hace poco te recordé en una de mis cartas que viví mucho tiempo en Buenos Aires, la hermosa capital de Argentina, y me llené del sabor dulce-amargo que deja el tango y me dejé llevar por esa pasión que muchos sentimos por las costumbres y la manera de hacer de su gente, calificados por unos como pedantes y simpáticos por otros.
El otro día regresaba a mi casa escuchando música en el camino y no sé porqué escogí el disco Lágrimas negras que hicieron el pianista cubano Bebo Valdés y el cantaor de flamenco El Cigala, ganadores de muchos premios por esta obra de arte. En el CD hay un tema que se llama Niebla del riachuelo que me traslada sin proponérmelo a La Boca, a Caminito, a la zona de Constitución, lugares de mucho interés turístico ahora, aunque antiguamente era el barrio de los humildes inmigrantes italianos y de gente de pueblo con escasos recursos de la capital argentina.
En el barrio de La Boca está la famosa calle Caminito, inmortalizada por Gardel en un tango, ubicada muy cerca del embarcadero donde llegaban y salían los barcos por el Río de la Plata y donde vivían cientos de familias en pequeños solares con un servicio colectivo y muchas habitaciones. Las paredes exteriores son de chapa y están pintada de una manera que en la época era el reflejo de la más triste pobreza y ahora una curiosa forma de arte popular. Los habitantes de esa calle recogían los sobrantes de pintura de las embarcaciones y pintaban esas chapas como un gran arco iris.
En esa calle se reunían los tangueros para cantar y bailar, tradición que se mantiene, y se podía comer y beber como dioses en sus pequeños restaurantes. Ahora el turismo domina la zona y han aparecido pintores, escultores y artesanos ofreciendo sus obras y los bares te brindan una exquisita sidra tirada servida en copas heladas.
A la orilla de río solía pasear. Caminaba con el placer de ver las cosas que una canción describía y yo repetía en silencio: “Niebla del riachuelo amarrao al recuerdo te sigo esperando. Niebla del riachuelo de ese amor para siempre me vas alejando…”
Debo reconocerte, Éufrates, que la canción me amarra el corazón y sobre todo la forma desgarradora de la voz de El Cigala. Quería compartirlo contigo y los amigos lectores porque no me cabe en el pecho. A mi corazón le faltan más gigabytes.
Un abrazo, tu amigo Plutarco
7 comments:
Bella canción, bellos recuerdos y excelente CD.
"Lágrimas negras" forma parte de mi colección de música y nunca pasa una semana sin alucinar con la voz de El Cigala y las teclas mágicas de nuestro Bebo.
Gracias por compartir sus vivencias y recordarme que esta semana no he escuchado aun a mi negrito aflamencao'...!!!alla voy!!!.
Plutarco, este post tan sentido tuyo me ha hecho comprender algunas imagenes de tangos y canciones, que referian a Caminito y a Boca.
El video te quedo excelente. Gracias!
Qué bien, a mí la canción que me parte el alma es " El Madrugador" por Orlando Vallejo, y es que esa pieza acompañaba siempre los preparativos en la mañana de Nochebuena cuando la familia olvidaba diferencias y problemas y disfrutaban de esos momentos mágicos que nunca se olvidan,las vivencias cuando se asocian a melodías o canciones cobran un valor inestimable a veces incomprendido.
Gracias Plutarco, además de alcalde eres un humano de verdad.
Pong
esa niebla tan densa de ese riachuelo que ha separado a tantos... bella y nostálgica canción, me encanta el piano de Bebo con la voz de El Cigala...
Todos somos "amrrao al recuerdo...
Como no emocionarse con este post,
con esta descripcion casi exacta.
Yo vivi 3 anos alli, fue un periodo muy importante para mi, que fuera de mi si no pudiera disfrutar todos los recuerdos... esos que te empujan a continuar.
Gracias, Muy lindo y necesario post.
Un saludo desde,
San Francisco, Ca
Muchas gracias por sus comentarios. Taoro, la voz de El Cigala le da un toque especial a este disco y el piano de Bebo es extraordinario. Pong, pienso que todos tenemos un recuerdo asociado a una canción...recordar es volver a vivir.Gracias Olga por tu fidelidad,me gusta que te guste. Khotan todos vivimos amarra´os a un recuerdo. Gracias por tus elogios. Eu, hay tangos que a los cubanos nos caen como venidos del cielo...adiós muchachos compañeros de mi vida, barra querida de aquellos tiempos. Lo hemos repetido una y otra vez. Gracias y no olvides de decirle a Natacha que me escriba. Un abrazo a todos
Estimado Plutarco:
Es cierto que uno de los poderes de la música es hacer setir nostálgia de algunos lugares, aunque estos no se conozcan de hecho, y así me pasa a mí con esta canción y esta ciudad de Buenos Aires. Muy bonito el montaje de fotos que has utilizado para fondo de la canción
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