Querido Éufrates:
Me escapé el fin de semana pasado a Sevilla para asistir al bautizo del hijo de un amigo. El viaje fue estupendo y me divertí con ese carácter tan peculiar de los sevillanos y con los platos más deliciosos que puedas comer a la entrada del cielo… ¡Ya sé que piensas que soy un comilón! Y tienes razón, las delicatessen me ponen a parafrasear a la Montiel: “Comer es un placer, sensual, genial…”
Basta, vuelvo a lo que te quería contar. Estuve en la antigua iglesia de San Luis de los Franceses, una maravillosa muestra de la arquitectura barroca del siglo XVIII, diseñada por el arquitecto Leonardo de Figueroa y construida entre los años 1699 y 1730. Una obra de arte que inauguró el arzobispo Luis de Salcedo y Ascona con el nombre que la conocemos hoy.
Treinta y siete años después de construida, Carlos III expulsó a los Jesuitas de España y la iglesia fue abandonada. En el 1817 los Jesuitas regresaron, pero volvieron a ser expulsados en el año 1835 y ya tuvieron que dejar para siempre su iglesia.
Según dice un texto publicado y distribuido en la diputación de Sevilla, “desde entonces el antiguo noviciado ha tenido diversos usos, seminario, convento franciscano, hospital de venerables sacerdotes, fábrica en el siglo XIX y hospicio hasta los años sesenta del siglo XX. La iglesia permaneció cerrada y sin culto muchos años…” Posteriormente el texto agrega: “En 1984 se inició la restauración del conjunto que finalizaría en 1990. Actualmente la iglesia pertenece a la Diputación Provincial de Sevilla y en ella no se realiza ningún tipo de culto religioso y se utiliza fundamentalmente para conciertos y representaciones teatrales.”
Me escapé el fin de semana pasado a Sevilla para asistir al bautizo del hijo de un amigo. El viaje fue estupendo y me divertí con ese carácter tan peculiar de los sevillanos y con los platos más deliciosos que puedas comer a la entrada del cielo… ¡Ya sé que piensas que soy un comilón! Y tienes razón, las delicatessen me ponen a parafrasear a la Montiel: “Comer es un placer, sensual, genial…”
Basta, vuelvo a lo que te quería contar. Estuve en la antigua iglesia de San Luis de los Franceses, una maravillosa muestra de la arquitectura barroca del siglo XVIII, diseñada por el arquitecto Leonardo de Figueroa y construida entre los años 1699 y 1730. Una obra de arte que inauguró el arzobispo Luis de Salcedo y Ascona con el nombre que la conocemos hoy.
Treinta y siete años después de construida, Carlos III expulsó a los Jesuitas de España y la iglesia fue abandonada. En el 1817 los Jesuitas regresaron, pero volvieron a ser expulsados en el año 1835 y ya tuvieron que dejar para siempre su iglesia.
Según dice un texto publicado y distribuido en la diputación de Sevilla, “desde entonces el antiguo noviciado ha tenido diversos usos, seminario, convento franciscano, hospital de venerables sacerdotes, fábrica en el siglo XIX y hospicio hasta los años sesenta del siglo XX. La iglesia permaneció cerrada y sin culto muchos años…” Posteriormente el texto agrega: “En 1984 se inició la restauración del conjunto que finalizaría en 1990. Actualmente la iglesia pertenece a la Diputación Provincial de Sevilla y en ella no se realiza ningún tipo de culto religioso y se utiliza fundamentalmente para conciertos y representaciones teatrales.”
La fachada, de dos cuerpos y abundantemente decorada, diría yo que se asemeja a un retablo; en ella están alternados la piedra y el ladrillo como materiales de construcción. Tiene en cada lado dos torres octogonales. El texto anteriormente mencionado dice al respecto: “El segundo cuerpo consta de 5 ventanas, la central enmarcada por columnas salomónicas. Más arriba el Escudo de España coronado por los tres arcángeles”.
La cúpula es una de las más monumentales de Sevilla y en las bases de las columnas están las grandes virtudes (castidad, obediencia, oración, humildad y pobreza).
Esta joya de la arquitectura embellece el entorno de esa ciudad y es un placer conocerla. Como sé que es difícil para algunos lectores darse un brinquito hasta allí rápidamente, como suelo hacer yo por cercanía geográfica, comparto contigo y con ellos este regalo: Un recorrido virtual por sus instalaciones. Espero que lo disfruten; luego me cuentan.
Un abrazo, tu amigo Plutarco
La cúpula es una de las más monumentales de Sevilla y en las bases de las columnas están las grandes virtudes (castidad, obediencia, oración, humildad y pobreza).
Esta joya de la arquitectura embellece el entorno de esa ciudad y es un placer conocerla. Como sé que es difícil para algunos lectores darse un brinquito hasta allí rápidamente, como suelo hacer yo por cercanía geográfica, comparto contigo y con ellos este regalo: Un recorrido virtual por sus instalaciones. Espero que lo disfruten; luego me cuentan.
Un abrazo, tu amigo Plutarco
4 comments:
Plutarco, es una pena que no me funcione el enlace con la visita virtual, pero ya por las fotos de prevé la monumentalidad del conjunto. ¡Ah! y no deje de visitar la Catedral: "cosa fina".
Estimado jecuevas, a mi tampoco me funciona el link. Voy a pasarle un email a Plutarco ahora a ver como se soluciona....
Bella iglesia, bello paseo. Gracias Don Plutarco.
Estimados amigos: He llamado a la diputación de Sevilla y me han informado que su servidor está caído. Como ustedes saben esta zona de España ha sufrido un enorme temporal de lluvia y vientos y gran parte de su geografía está bajo las aguas. Según me han dicho trabajan para normalizar los servidores y sólo así podrán ver el recorrido virtual por la Iglesia de San Luis. Ruego disculpen estos inconvenientes. Quiero también enviar un abrazo a nuestros lectores chilenos que han amenecido con uno de los seísmos más grandes de los registrados hasta el momento.
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