“El primer cubano que estuvo en el Polo Norte”
Por Ámbar
Hoy les traigo la historia de un santiaguero que fue el primer cubano en poner sus pies en el Polo Norte: José Joaquín Castillo Duany. No lo hizo porque fuera explorador, sino enrolado en la tripulación del vapor Rodgers, uno de cuatro buques que el Senado norteamericano financió para salir en búsqueda del barco Jeannette.
Por Ámbar
Hoy les traigo la historia de un santiaguero que fue el primer cubano en poner sus pies en el Polo Norte: José Joaquín Castillo Duany. No lo hizo porque fuera explorador, sino enrolado en la tripulación del vapor Rodgers, uno de cuatro buques que el Senado norteamericano financió para salir en búsqueda del barco Jeannette.
A su vez el Jeannette (propiedad de James Gordon Bennett, dueño del New York Herald) había zarpado con el objetivo de rescatar a la tripulación del buque sueco Vega, que en julio de 1878 había salido para bojear el Ártico. Pero en septiembre este barco quedó atrapado por los hielos y permaneció inmóvil hasta julio de 1879, cuando los deshielos lo liberaron. Toda su tripulación pereció, según se supo más tarde. Igualmente, el Jeannette quedó a merced de los hielos y las corrientes lo arrastraron hasta la zona de congelación permanente. Allí estuvo unos 21 meses hasta que, comprimido, se hundió a 150 millas del delta del río Lena, al norte de la Siberia rusa.
El Rodgers partió de San Francisco, California, el 16 de junio de 1881. El cubano Castillo Duany formó parte de su tripulación ya que se había graduado el año anterior como médico cirujano en la universidad de Pennsylvania y era médico de la Marina de Guerra norteamericana.
El Rodgers partió de San Francisco, California, el 16 de junio de 1881. El cubano Castillo Duany formó parte de su tripulación ya que se había graduado el año anterior como médico cirujano en la universidad de Pennsylvania y era médico de la Marina de Guerra norteamericana.
Sin embargo, los tripulantes del Rodgers no encontraron indicio alguno del Jeannette. Tras rastrear el norte de Alaska pusieron rumbo oeste, a la Siberia. Cerca del delta del río Lena, una explosión accidental provocó el incendio de la embarcación, y sus 35 tripulantes quedaron a la deriva en el inhóspito territorio polar ruso. Entonces supieron que los hombres que intentaban rescatar habían muerto, en su mayoría congelados.
No mejor la pasarían los del Rodgers, pues casi todos murieron víctimas del frío, el hambre y el escorbuto. El cubano Castillo Duany resistió todas las adversidades y tuvo ánimo suficiente para hacer una serie de apuntes que publicaría luego en su libro “Los hábitos y la higiene de los esquimales”. Con dos compañeros, atravesó la Sibiera rusa, llegó a la península de Kamchatka, cruzó el estrecho de Behring y arribó al poblado de Sitka, en Alaska. Desde allí se trasladó a San Francisco, donde lo recibieron como a un héroe y lo colmaron de honores.
En New York, Castillo Duany se unió a la causa independentista cubana y participó en varias expediciones para llevar pertrechos a los insurrectos cubanos, todas exitosas. Viajó varias veces en el barco Tres Amigos, acompañado de otros ilustres militares cubanos.
Finalmente se radicó en Santiago de Cuba con su esposa Matilde Simoni y sus hijos, donde ejerció su profesión y continuó en sus labores separatistas. Matilde era la hermana de Amalia, la esposa de Ignacio Agramonte.
Su vida transcurrió entre Cuba y Estados Unidos, donde hasta sufrió cárcel por sus actividades como subdelegado del Partido Revolucionario Cubano y asesor de su Departamento de Expediciones.
Una vez derrotada la corona española en la Isla, asumió la dirección del Hospital Civil de Santiago de Cuba. Enfermo y quebrantado viajó a París y allí falleció el 20 de noviembre de 1902. En su memoria, el Hospital Militar de Santiago de Cuba lleva su nombre.
Su vida transcurrió entre Cuba y Estados Unidos, donde hasta sufrió cárcel por sus actividades como subdelegado del Partido Revolucionario Cubano y asesor de su Departamento de Expediciones.
Una vez derrotada la corona española en la Isla, asumió la dirección del Hospital Civil de Santiago de Cuba. Enfermo y quebrantado viajó a París y allí falleció el 20 de noviembre de 1902. En su memoria, el Hospital Militar de Santiago de Cuba lleva su nombre.
13 comments:
Ambar cada vez con articulos mas interesantes. Me da gusto saber de cubanos destacados en su epoca.
Gracias, Ambar por traernos la historia de "nuestro primer cubano en el Polo Norte"
Me uno al agradecimiento de las estimadas Yosi y Olga.
Los posts de Ambar son deliciosos. Ya les anuncio que el que nos preparo para la semana proxima es fascinante!
Con este de hoy me "desayuno" sobre este ilustre cubano, concuno de Agramonte.
Todavía esta por colocar el primer monumento al Cubano Modesto...
Bueno este post, me imagino que ese criollo al regreso jamás volvió a comer helados ni granizados.
Un abrazo Eufrates.
Fui varias veces al hospital militar de Sto de Cuba a ver a un pariente ingresado y no sabia que se llamaba tras este hombre aventurero y patriota. Me gusta eeste blog porque aprendo cosas nuevas.
Yo que nunca he ido a Santiago no tenía idea de nada. Y que orgulloso me siento. Historias como esta son las que me hace presumir que soy cubano. Gracias a Ambar y a Eufrates por brindarle este espacio. Este blog, para mi gusto, es uno de los mejores que hay, aunque no haya recibido premios, y es por lo diverso, didáctico, participativo, respetuoso, refrescante, etc, etc.. y no sigo dando adjetivos porque después nuestro estimado amigo se lo cree.. jajaja..
Saludos refrescantes
Gracias estimados Isolda y Jose A. Fernandez!
Jose, como me rei con tu comentario! Menos mal que mi nombre completo es Eufrates Modesto del Valle... LOL! A lo mejor puedo servir para el monumento no hecho que menciona el Anonimo de 10:30am, a quien aprovecho y le devuelvo el abrazo.
LOL!
Pues de verdad fue un hombre de leyenda. Según los documentos que leí también vivió un tiempo en México ya casado con la cuñada de Agramonte. Se sabe que en Stgo de Cuba ofreció tremenda cena a Maceo (era un hombre de plata y abolengo, téngase en cuenta). Lo ayudó a planear un mov. revolucionario que luego fracasó. Fue con la columna de Maceo en la invasión a Occidente. Junto a su hermano Demetrio(que fue alcalde de Stgo) fueron de los pocos 2 ó 3 cubanos que entraron con las tropas americanas cuando terminó la guerra...y hay más pero el espacio es poco. Saludos y gracias a todos...Ámbar
¿Y aún queda duda de que exista un lugar en el planeta tierra a dónde los cubanos no hayan llegado?
Impresiona imaginarse cuantos rostros(como el de este santiaguero) hay detrás cuando nos miramos al espejo, de los que se ha formado nuestro rostro.
Un saludo, maga de la palabra, por el tesoro que nos brindas en cada post.
Yo también quiero agradecer el artículo de hoy. Un personaje desconocido para mí, un superviviente y un batallador. Soy de la opinión que por encima del Circulo Polar no se me ha perdido nada.
Hola Ambar: Esta es una de las historia que mas he disfrutado aqui en el digital, la vida de "ese cubano" fue realmente fascinante, me gustaria leer sobre el, yo no conocia nada sobre el, chica, sera verdad eso que se dice..."Los cubanos estan como el arroz blanco, "colaos" en todas partes" Jajajajjaa
Te repito, me encanto la historia, un abrazo y me despido repitiendote lo que mi hermano le decia a Eufrates "Oye el periodico esta buenisimo"...Saludos!
Un post maravilloso! Me uno al comentario de Jose A. tambien me siento asi por estos lares en donde los cubanos no somos muchos.
Y a usted Don Eufrates "pongase las pilas" porque con Ambar y el arquitecto se complica el "panal" acuerdese que los inversionistas del Imparcial Digital al final son los que mandan. jejejejejeje...
Saludos desde San Francisco CA.
Qué tal Euf!
Gracias a la autora y a ti por publicarlas.
Saludos!
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