A esas mujeres valientes que recorren la Quinta Avenida de la Habana todos los domingos vestidas de blanco, en silencio, portando un gladiolo, desafiando a la dictadura mientras le piden al mundo que se solidarice con la liberación de sus esposos, padres, hijos, hermanos, amigos, presos por el solo delito de querer pacíficamente libertad de expresión, elecciones libres y una vida digna para el pueblo cubano. Para estas mujeres, con toda admiración, dedico un gladiolo cada domingo.
Para justificar la ola represiva desatada contra las Damas de Blanco, la dictadura cubana ahora le impone un supuesto permiso que estas mujeres pacíficas deben solicitar para sus peregrinaciones dominicales por la Quinta Avenida tras la misa en la iglesia Santa Rita, como han estado haciendo desde hace siete años.
Desde hace un mes la policía política convoca a turbas de militantes y militares vestidos de civil para agredirlas verbal y hasta físicamente a la salida de la iglesia. Quienes estamos familiarizados con esta avenida habanera, sabemos que la misma no es una arteria concurrida como para que estas personas convocadas sean “vecinos o transeúntes espontáneos” como la dictadura quiere hacer aparentar. La Quinta Avenida es demasiado exclusiva como para que esa turba de gente vulgar viva en las mansiones del vecindario.
Me pregunto si las turbas cuentan con un permiso para contra-manifestarse tal como ahora le exigen a las Damas de Blanco. En caso de que lo tengan, como se justifica dicha espontaneidad. En caso de que no lo tengan, demuestra entonces la injusticia de los gobernantes cubanos, una vez más.
Para unirse a la petición para que se considere a las Damas de Blanco para el Premio Nobel de la Paz, puede firmar aquí.
Desde hace un mes la policía política convoca a turbas de militantes y militares vestidos de civil para agredirlas verbal y hasta físicamente a la salida de la iglesia. Quienes estamos familiarizados con esta avenida habanera, sabemos que la misma no es una arteria concurrida como para que estas personas convocadas sean “vecinos o transeúntes espontáneos” como la dictadura quiere hacer aparentar. La Quinta Avenida es demasiado exclusiva como para que esa turba de gente vulgar viva en las mansiones del vecindario.
Me pregunto si las turbas cuentan con un permiso para contra-manifestarse tal como ahora le exigen a las Damas de Blanco. En caso de que lo tengan, como se justifica dicha espontaneidad. En caso de que no lo tengan, demuestra entonces la injusticia de los gobernantes cubanos, una vez más.
Para unirse a la petición para que se considere a las Damas de Blanco para el Premio Nobel de la Paz, puede firmar aquí.
2 comments:
junto a Ellas cada Domingo
tiene que haber justicia!!!
Igual que Olga, con ellas todos los domingos... gracias estimado por tenerlas presentes todas las semanas.
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