EL ASESINO CHE GUEVARA FRENTE AL HOTEL PLAZA

Esto si es un binomio cuadrado imperfecto. La noticia me la dio el correligionario Fantomas en un comentario la semana pasada. Yo estaba muy disoluto con los preparativos de Thanksgiving, y renuente a que otra vez, uno de los iconos del fascismo verde olivo tropical, volviera a desgraciarme las fiestas, como me hicieron durante más de dos décadas y medias en Cuba. Luego lo leí donde Enrisco y el jueves fui a comprobarlo.

Todo parece muy inocente. En Doris Freedman Plaza (5th Avenue y 60th Street, justo frente al Hotel Plaza) han instalado un conjunto de tres esculturas titulado “Living Sculptures: Caesar, Dali Woman, El Che”, de Christian Jankowski. Y todo parece indicar que ahí permanecerá hasta el próximo primero de mayo.

Para empezar, si me aparto de la política, o lo que es lo mismo, de mí mismo como una víctima de la ideología de otros (Ché included), luego hago una separación bretchiana, y observo el conjunto de estas tres esculturas, no puedo dejar de decir: Qué conjunto más disparejo estéticamente; qué mal utilizado el espacio; qué incongruencia histórica; y, para rematar, qué ignorancia la del artista.

Situar al Ché Guevara al lado de una modelo de Dalí es una aberración. Claro, el artista no tiene una “pura” idea de quién fue este hombre que aparece en las camisetas turísticas. Todavía no se ha enterado que el Ché era enemigo acérrimo del arte y la cultura y que al mismísimo Dalí lo hubiese mandado para un campo de concentración, porque “si bien no lo era, lo parecía”...

Luego, ubicarlo frente al Hotel Plaza, símbolo de la elegancia, la exquisitez, el dinero descansado (palabras sabias de mi amiga G.P., para referirse a ese dinero que hicieron bisabuelos y abuelos y que llega a los herederos sólo para ser disfrutado) es justamente todo lo que odiaba aquel amargado de la vida. Parece que el tal artista no sabe que el Ché Guevara sólo encontró consuelo para su aburrimiento en las armas, que se fumaba un puro en La Cabaña mientras disfrutaba ver cómo fusilaban a hombres bajo juicios sumarios, y que si hubiese podido, ese mismo Hotel Plaza hace rato ya hubiese reventado de un bombazo.

Así es la vida. Por otra parte, el Hotel Plaza ya no lo es tanto el famoso hotel de antes. Hace unos pocos años le hicieron una renovación capital, y lo convirtieron, también, en condominio. Bueno, al darle una vuelta alredor, me percaté que la presencia del vecino comunista -y asesino- parece que ya está trayéndole estragos al otrora esplendor del inmueble. Nunca pensé que tomaría del Hotel Plaza dos fotos como las siguientes.

Bueno, si se enteran de algún tipo de protesta por esta ofensiva estatua en Central Park, por favor, avísenme. Pueden contar con este espacio para difundir cualquier información o con nuestra presencia si se planifica una manifestación. Sería bueno que pudiéramos acortarle al asesino su estancia en tan dilecta dirección. (Buscando información para este post, encontré la confesión de una madre estadounidense que le había comprado una camiseta con la imagen del Ché a su hijo. Un texto muy interesante).

Fotos: Eufrates del Valle