A esas mujeres valientes que recorren la Quinta Avenida de la Habana todos los domingos vestidas de blanco, en silencio, portando una orquídea, desafiando a la dictadura mientras le piden al mundo que se solidarice con la liberación de sus esposos, padres, hijos, hermanos, amigos, presos por el solo delito de querer pacíficamente libertad de expresión, elecciones libres y una vida digna para el pueblo cubano. Para estas mujeres, con toda admiración, dedico una orquídea cada domingo.
Vía CUBANET, la historia de un niño de cuatro años. Su único pecado: Ser hijo de un preso político pacífico encarcelado desde la Primavera Negra del 2003. Recuerdo aquellas lecturas de “La Prisión Fecunda”, donde Fidel Castro narra sus experiencias en la cárcel de Isla de Pinos, tras haber dirigido el ataque a un cuartel en Santiago de Cuba cinco décadas antes de la Primavera Negra. En su libro, Castro cuenta como era el pabellón donde se encontraba recluído junto al resto de sus hombres tras el ataque armado al Cuartel Moncada, cómo cocinaban en la hornilla que tenían a su disposición, hacían sus círculos de estudios y recibían paquetes de familiares y amigos y toda su correspondencia; Castro ha olvidado que tuvo hasta el derecho de recibir las cartas de su esposa y de su amante a la vez, detalle que obvió en sus memorias fecundas... El padre de este niño no participó en un ataque terrorista armado, por él no se derramó sangre cubana en las calles. Su único delito: Tener una posición política contraria al tirano. Pensar diferente.
Para conocer sobre la campaña de Bloggers United for Cuban Liberty (BUCL), lea el post de ayer a continuación y la entrevista a Herny Gómez, su fundador.
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