La Ciudad Universitaria José Antonio Echevarría (CUJAE), o ISPJAE por su nombre actual, le otorgó la semana pasada la distinción Honoris Causa a Fidel Castro. ¿Leí bien? Pues sí, leí bien, y todavía no salgo de mi asombro.
A pesar de haber estudiado una carrera de letras, desde muy joven estuve familiarizado con la dinámica de la CUJAE. Amigos cercanos que estudiaron en dicha institución, durante años me impregnaron con la vitalidad y respeto al conocimiento que emanaba en las aulas de arquitectura e ingenierías en sus épocas de estudiantes.
La mayoría de esos amigos egresados de la CUJAE vive desde hace años fuera de Cuba. No es casual: la frustración en la vida laboral tras graduarse, conjurada con la omnipresencia de Fidel Castro en cada obra por hacer, la agonía de la falta de recursos por un lado o el derroche de los mismos por el otro, la paralización del desarrollo urbano en el país desde 1959, y la connotación política que implicaba cada proyecto, ladrillo, cartabón o sacapuntas, los llevó a todos a preferir la frustración profesional en un país extraño. Con la libertad personal que conceden las sociedades democráticas, muchos de ellos fueron abriéndose camino en otras áreas y algunos, afortunadamente, dentro de sus mismas especialidades.
Pero no sólo eso, con ver imágenes actuales de las ciudades de Cuba, comenzando por la otrora deslumbrante capital, el título de Honoris Causa a Fidel Castro por parte de la CUJAE pasa a ser un chiste de mal gusto.
A pesar de haber estudiado una carrera de letras, desde muy joven estuve familiarizado con la dinámica de la CUJAE. Amigos cercanos que estudiaron en dicha institución, durante años me impregnaron con la vitalidad y respeto al conocimiento que emanaba en las aulas de arquitectura e ingenierías en sus épocas de estudiantes.
La mayoría de esos amigos egresados de la CUJAE vive desde hace años fuera de Cuba. No es casual: la frustración en la vida laboral tras graduarse, conjurada con la omnipresencia de Fidel Castro en cada obra por hacer, la agonía de la falta de recursos por un lado o el derroche de los mismos por el otro, la paralización del desarrollo urbano en el país desde 1959, y la connotación política que implicaba cada proyecto, ladrillo, cartabón o sacapuntas, los llevó a todos a preferir la frustración profesional en un país extraño. Con la libertad personal que conceden las sociedades democráticas, muchos de ellos fueron abriéndose camino en otras áreas y algunos, afortunadamente, dentro de sus mismas especialidades.
Pero no sólo eso, con ver imágenes actuales de las ciudades de Cuba, comenzando por la otrora deslumbrante capital, el título de Honoris Causa a Fidel Castro por parte de la CUJAE pasa a ser un chiste de mal gusto.
Después de cinco décadas de gobierno absoluto, Fidel Castro -actualmente en el umbral del más allá- deja el triste espectáculo de una Habana que más parece una ciudad abandonada tras una larga guerra y constantes bombardeos. Una capa de tierra cubre el pavimento de lo que fueron elegantes avenidas; columnas de sostén marcan espacios de lo que pudo haber sido sólidos edificios; inquilinos viviendo hacinados en cuartuchos húmedos por las goteras; proliferación de barrios marginales; semáforos sin visibilidad; terminales de tendidos eléctricos al alcance de los niños en las calles y pasillos de solares; insalubridad, escombros, apuntalamientos, carencia de agua corriente. La lista es infinita.
Durante el fin de semana obtuve un par de reacciones sobre la noticia de parte de dos arquitectos egresados de la CUJAE, ambos cercanos a este espacio.
Olga Admiradora, lectora:
“¡Qué pena y qué triste esa noticia... ya no saben qué inventarle al dinosaurio en ruinas! ¡Horroris Causa! Eso me desarraiga cada día más. Estudié mi carrera en la CUJAE pero la hubiera hecho en cualquier lugar del mundo con cualquier sistema. No le debo nada a nadie, sólo a Frank Lloyd Wright desde que vi el Guggenheim en un libro... fue una decisión personal. La CUJAE nunca me gustó y ahora menos.”
Arquitecto Cheo Malanga, columnista semanal:
“La CUJAE (actual ISPJAE) es un excelente centro de educación superior con un extraordinario personal docente. Cuando supe del otorgamiento del Título de Doctor Honoris Causa a Fidel Castro mi primera reacción fue de disgusto, pero luego, meditando sobre esa funesta decisión no puedo criticar a la CUJAE como Institución docente por haber conferido ese inmerecido título. Los que somos egresados de ese centro recibimos una preparación técnica y profesional de primer orden, pero también sabemos que en ella todo se rige por órdenes, campañas y orientaciones políticas del Partido Comunista y sus secuaces dentro de la Universidad, rectores, núcleos del PCC, núcleos de la UJC, etc.
En mi opinión, esto forma parte de una abarcadora campaña concebida por el gobierno y destinada a suavizar la ya próxima y bien ganada entrada del comandante en cualquiera de los nueve círculos del infierno. Todo comenzó con la reciente hemorragia de visitas de presidentes latinoamericanos, continúa hoy con el Honoris Causa de la CUJAE y la propuesta para el premio Nobel de la Paz a un dictador que saturó de guerrillas, pólvora, odio y muerte a Latinoamérica y gran parte de África.
Este reconocimiento otorgado por Resolución Rectoral a un dictador cuya notoriedad no viene de valores positivos, sino de su atrocidad, inmoralidad, el desprecio más absoluto a los derechos individuales, a las libertades y la vida de millones de personas, no es el sentir de los actuales estudiantes, egresados y el pueblo de Cuba. Algún día, como sucedió con el dictador Francisco Franco con su Honoris Causa de la Universidad de Salamanca, se rechazará la concesión de ese inmerecido título.
Esto quedará como un hecho bochornoso en el alma y la conciencia de las instituciones partidistas que ordenaron otorgar este título, pero no en la historia de la CUJAE”.
Olga Admiradora, lectora:
“¡Qué pena y qué triste esa noticia... ya no saben qué inventarle al dinosaurio en ruinas! ¡Horroris Causa! Eso me desarraiga cada día más. Estudié mi carrera en la CUJAE pero la hubiera hecho en cualquier lugar del mundo con cualquier sistema. No le debo nada a nadie, sólo a Frank Lloyd Wright desde que vi el Guggenheim en un libro... fue una decisión personal. La CUJAE nunca me gustó y ahora menos.”
Arquitecto Cheo Malanga, columnista semanal:
“La CUJAE (actual ISPJAE) es un excelente centro de educación superior con un extraordinario personal docente. Cuando supe del otorgamiento del Título de Doctor Honoris Causa a Fidel Castro mi primera reacción fue de disgusto, pero luego, meditando sobre esa funesta decisión no puedo criticar a la CUJAE como Institución docente por haber conferido ese inmerecido título. Los que somos egresados de ese centro recibimos una preparación técnica y profesional de primer orden, pero también sabemos que en ella todo se rige por órdenes, campañas y orientaciones políticas del Partido Comunista y sus secuaces dentro de la Universidad, rectores, núcleos del PCC, núcleos de la UJC, etc.
En mi opinión, esto forma parte de una abarcadora campaña concebida por el gobierno y destinada a suavizar la ya próxima y bien ganada entrada del comandante en cualquiera de los nueve círculos del infierno. Todo comenzó con la reciente hemorragia de visitas de presidentes latinoamericanos, continúa hoy con el Honoris Causa de la CUJAE y la propuesta para el premio Nobel de la Paz a un dictador que saturó de guerrillas, pólvora, odio y muerte a Latinoamérica y gran parte de África.
Este reconocimiento otorgado por Resolución Rectoral a un dictador cuya notoriedad no viene de valores positivos, sino de su atrocidad, inmoralidad, el desprecio más absoluto a los derechos individuales, a las libertades y la vida de millones de personas, no es el sentir de los actuales estudiantes, egresados y el pueblo de Cuba. Algún día, como sucedió con el dictador Francisco Franco con su Honoris Causa de la Universidad de Salamanca, se rechazará la concesión de ese inmerecido título.
Esto quedará como un hecho bochornoso en el alma y la conciencia de las instituciones partidistas que ordenaron otorgar este título, pero no en la historia de la CUJAE”.
El cinismo de la dictadura de los hermanos Castro, en referencia a esta noticia en particular, ha quedado bautizado por los comentarios espontáneos de los lectores de diferentes espacios digitales donde fue publicada, con el verdadero título que Demolition Man merece: Horroris Causa. A todas esas voces, unas anónimas, otras no, les agradezco el headline de este post.
6 comments:
Yo vivía cerca de "El Infantil", el "Predró Borrás", hospital pedriático en G y 29 (cuarta foto). Lleva por lo menos 20 an~os así, cayéndose, "en construcción" y eterno "arreglo". Qué pena...
Dónde mete el gobierno el dinero que les roba a los cubanos al prorrogar sus pasaportes, otorgarles las cartas de libertad, léase tarjetas blancas para salir del país, así como lo que cobra por todos los demás trámites migratorios??? Por poner un ejemplo...
Una verguenza mas para alimentar la egolatria perversa de la Bestia. Estan acumulando titulos rapidamente para su campana por el Nobel 2010. Seguramente un dia se rectificara en la propia Cuaje esa ignominia.
Estimado Lazaro, eso esperamos. Como dice el arquitecto Cheo, pasara tal como sucedio con Franco. Una total verguenza.
Querida Aguaya, gracias por permitirnos usar tus fotos.
La CUJAE es una idea concebida en el gobierno de Batista, su fin era alejar las aulas universitarias del centro de la ciudad, con la llegada de la revolución, esa idea continuo por los mismos motivos, solo que una gran parte del presupuesto otorgado por la ONU, se utilizó para "otros fines", ha sido el centro universitario cuya construcción a llevado mas de 40 años, casi las piramides o comparable con la Sagrada Familia en Barcelona :) el personal docente de los 60 fue alcanzando una calidad que se comienza a desvalorar en la decada del 80 hasta el día de hoy, docentes sin casi experiencia práctica, diletantes y teóricos sin obras construidas, sabios de revistas y libros, muy comón en una clase intelectual cantinflesca, oportunista y aduladora, por tanto no es nada extraño que en esa comparsa hayan agregado un titulo a quíen al final les ha pagado los viajes y las prevendas,creo que son contadas las excepciones de buenos profesionales que están dando la cara por el prestigio de la profesión tanto en la CUJAE como en la vida laboral nacional, lo avala la realidad palpante, basta solo un vistazo para ver que es así. Todo lo demás es paisaje.
!!!TREMENDO DESCARO!!!...como diría Panfilo.
Eufrates, yo estudié en la CUJAE Ingenieria Industrial y conozco a muchos profesores asi como personal administrativo. Estoy seguro que ninguno de ellos esta de acuerdo con ese título otorgado a Fidel Castro. No creo que sea el sentir de los estudiantes de la CUJAE, pero que otra cosa se puede esperar de ese regimen que le ha otorgado la Orden José Martí a los dictadores Nicolae Ceaucescu, Mengistu Haile Mariam, Eric Honeker y al genocida Robert Mugabe.
Castro es Doctor Horroris Caca.Bestia bicular!
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