HASTA QUE LA VIDA NOS SEPARE

Estas caricaturas me las envió el amigo NC –tesorero del idioma de El Imparcial Digital- durante el fin de semana. Sólo las he ordenado de otra forma, un poco como un recuerdo de mi (nuestro) matrimonio con la computadora, ese aparato que desplazó al perro como el mejor amigo del hombre.

Había olvidado por completo la cajita impertinente que me interrumpía cuando más concentrado estaba en aquel mundo digital que empezaba a descubrir.

Tampoco me había vuelto a pasar por la mente el recuerdo de las frustraciones que sentía en aquella época cuando la conexión de internet tenía problemas...

Esta fue la razón de la primera disputa matrimonial entre Escolástica y yo. ¡Le tomé la delantera!

Cuando vi el siguiente modelito, no pude evitar acordarme de mi amiga Isis, La Reina de la Noche, quien a veces me comenta que se quedó dormida frente a la computadora, y ha salvado su frente, y sus dientes, gracias a la rápida intervención de su Emperador, el suizo.

La imagen a continuación me recuerda a mi madre. Todos los días ella me envía un email desde Europa, el cual leo al levantarme. Cuando en el viejo continente empieza a oscurecer, y yo en el nuevo me estoy preparando para ir a almorzar, me entra una llamada de mi mamá para preguntarme si recibí lo que me mandó, preocupada siempre porque “la carta no se vaya a perder”.

Escolástica es tan práctica como la señora de la caricatura siguiente. Como conmigo casi no puede contar, desde que a mí me ha dado por contar en El Imparcial Digital, y como ella tiene también sus urgencias e intereses digitales, ha preparado nuestro pequeño apartamento de forma en que todo le quede a mano.

Según me dijo Chiquitica Rubalcaba, el Arquitecto Malanga tiene sus costumbres a la hora de inspirarse en esos recorridos históricos por La Habana, posts que le han añadido sabor y lectores a este espacio. Gracias estimado Cheo. ¡Ah! Y ya entiendo porque me dijiste que no tenías webcam.

Esta es mi vecina húngara, Danuta, del primer piso. Los hijos le regalaron una computadora, pero ella sigue pendiente del correo tradicional como la tarea más importante de su vida.

Todas las caricaturas pueden ser escenas comunes de cualquier hogar del mundo, claro está, con excepción de Cuba. El cubano no es sólo un ciudadano de segunda en su país, sino también en el ciber-espacio.

Pero, esta última me golpeó con la triste realidad de que, tanto la computadora como el hombre, tienen su vida limitada. Así será, hasta que la vida o la muerte nos separe...