Una vez pasé una tarde muy agradable entrevistando a Annia Linares en su casa -por aquel entonces- cerca de las calles 23 y 26 de La Habana. Una de mis primeras preguntas le hizo recordar cómo su padre, Rafael Linares, conocido actor de la televisión cubana, hizo todo lo posible porque ella no entrara en el mundo artístico. Me contó de todos los vericuetos por los que tuvo que pasar para que su padre no se enterara de sus audiciones, hasta que finalmente obtuvo su primer papel. Su padre era un hombre que había influido mucho en ella, su héroe.
A la hora de redactar mi entrevista, utilicé todo el tiempo aquella picardía de hija traviesa que Annia me había transmitido, y la entregué justo para irse a imprenta. El día que se comenzaba a imprimir la tirada, mientras tomaba una ducha, escuché en la radio que el actor Rafael Linares acababa de fallecer.
Me quedé lívido. La entrevista que estaba a punto de salir a la calle tenía el tono festivo de la hija que vence los celos paternos con una carrera brillante. Llamé a la redacción y expliqué lo que estaba sucediendo. Tras unos minutos de consultas con el director, del otro lado de la línea me pidieron que tratara por todos los medios de localizarla para cambiar el final de la entrevista. Aquella segunda llamada a Annia fue una de las tareas más difíciles de toda mi carrera.
A la hora de redactar mi entrevista, utilicé todo el tiempo aquella picardía de hija traviesa que Annia me había transmitido, y la entregué justo para irse a imprenta. El día que se comenzaba a imprimir la tirada, mientras tomaba una ducha, escuché en la radio que el actor Rafael Linares acababa de fallecer.
Me quedé lívido. La entrevista que estaba a punto de salir a la calle tenía el tono festivo de la hija que vence los celos paternos con una carrera brillante. Llamé a la redacción y expliqué lo que estaba sucediendo. Tras unos minutos de consultas con el director, del otro lado de la línea me pidieron que tratara por todos los medios de localizarla para cambiar el final de la entrevista. Aquella segunda llamada a Annia fue una de las tareas más difíciles de toda mi carrera.
8 comments:
!Que historia Don Eufrates, se aprecia esa caballerosidad que lo caracteriza! mis respetos
Tuta
Ah, y tenga un buen fin de semana, nosotros nos vamos a los Keys.
Bella anécdota de Annia Linares. Hace unos meses tuve la oportunidad de escucharla en una descarga y cada dia canta mejor.
Ayer recibí mis fotos de NY, hoy ya cuelgan en la sala de mi casa. Muchas gracias y saludos a Escolástica.
Hermosa anecdota, don eu. Como siempre, eres un baul de recuerdos.
Saludos desde Londres.
pero y en qué acabó la cosa???
La cosa acabó bien, seguro, con Eufrates siempre acaba bien todo, gracias.
Asi que Annia Linares anda por estos lares? Miami supongo, y quien no esta aqui? Dice Taoro que cada dia canta mejor, hummm? Mejor que cuando? La verdad es que no la recuerdo como tan buena, saquenme de la duda, por favor...
Ania gustaba mucho a una parte del público y a otros les molestaba.
Es a causa de su temperamento fuerte. A mi al principio me caia mal, pero luego empecé a tolerarla hasta que me acostumbré a ella y al final la adoraba.
Le deseo mucho exito donde quiera que esté.
Y gracias a Ud por esta bella historia de primera mano.
Saludos,
Al Godar
Así como en las fotos es que la recuerdo. Linda anécdota, Eu.
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