“MAY DAY” PARA UNA ISLA DESECHA EN MENUDOS PEDAZOS

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No, Bonifacio, basta con el teque, que en cincuenta años ningún muerto ha alzado los brazos ni ha defendido a la bandera hasta ahora. De estar todos esos muertos vivos, posiblemente muchos residirían en Miami o Europa, o habrían muerto de nuevo, de una apoplejía o fusilados.

Durante toda esta semana, al igual que el resto de los cubanos viviendo en cualquier parte del mundo, he estado pendiente de las noticias relacionadas con esta tragedia. Tengo que confesar que todavía no entiendo cómo directa o indirectamente culpan al gobierno de los Estados Unidos, poniéndolo en cartas al mismo nivel que el nombre de un ladrón y asesino como Raúl Castro, elegido sólo por su hermano maestro y no por electores.

Foto: Claudia Daut AFP/Getty Images

Se dice que el bloqueo no ha tenido efecto, que debe quitarse. Un tema para mí ambiguo, si me remonto al origen del mismo: penalizar el robo de los Castro y la comparsa de turno al tomar el poder y nacionalizar todas las compañías americanas en el país sin indemnizar a sus inversionistas. Entre las muchas cosas que respeto de las leyes de los Estados Unidos, está la protección que el ciudadano estadounidense tiene del gobierno en cualquier parte del mundo en que se encuentre. Me consta, porque a nivel privado he sido beneficiado por esa protección.

Habrá quien me diga: “pero eso pasó hace mucho tiempo...”, a lo cual le respondería: “quizás un par de años menos del tiempo que llevan los ladrones Castro apoderados del país”. Se habla del bloqueo como si el mismo fuese el culpable de que los cubanos no tengan malangas, papas, verduras, carnes, frutas, frijoles, quesos, dulces y hasta café en sus mesas, con tanta tierra sin cultivar allá en Cuba y con tanto ganado que había en Camagüey, por ejempo, provincia que abastecía de carne prácticamente a la Isla completa.

Suponiendo... los invito a suponer el siguiente escenario: Estados Unidos levanta el bloqueo a Cuba, y todo ciudadano y compañía americana puede negociar libremente con el país vecino. Entonces, siguiendo el hilo de la supocisión, me asalta la duda: ¿Significa que (a) cada ciudadano cubano tendrá también el derecho de comerciar libremente con los Estados Unidos; o (b) serán los Castro los únicos que tendrán el privilegio? Porque si algo se ha demostrado en tanto, tanto tiempo, es que el gobierno de los Castro no representa en absoluto al pueblo cubano.

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Si me guío por la ley del embudo que estos tipos han impuesto por cinco décadas, ya se que la respuesta a la supocisión sería la (b), por lo cual no veo en qué beneficiaría al pueblo que se levante el bloqueo. Más bien, lo único que haría es engordar más las arcas de los tiranos y seguiremos teniendo Castros por vida, ya que ellos también se reproducen, crecen y se apuntalan en las estructuras del poder, como he estado observado últimamente.

Hablo de bloqueo para sumarme a esa mayoría que de él habla, aunque en realidad no entiendo muy bien a qué bloqueo se refieren, cuando son los ganaderos de algunos estados de este país quienes están vendiéndole a la familia Castro la mayor cantidad de productos alimenticios básicos que entra en estos momentos en Cuba, productos que ellos re-venden en las tiendas de monedas convertibles, a precios inalcanzables para la población, sólo para unos pocos privilegiados.

En otoño de 1993 viajé con un equipo de cineastas nórdicos a El Salvador para filmar un documental sobre la reconciliación nacional de ese país tras trece años de guerra civil. Recuerdo que quien controlaba este país centroamericano en esa época era un ejército de hombres y mujeres vestidos de azul y cascos blancos con letras negras que decían: O.N.U. Las fuerzas de paz de las Naciones Unidas preparó a ese pequeño país por meses para sus primeras elecciones después de más de una década de aquella guerra civil y de desgaste.

Este ejemplo me martilla la cabeza. No se si ese ejército de cascos blancos existe todavía. Pero, de existir, siempre lo he visto como una primera solución para preparar al pueblo cubano para unas elecciones libres, sus primeras elecciones libres en más de medio siglo.

Yo soy un portador de ideas (con ideas buenas y malas como cualquier mortal), pero no soy un buen organizador. Sin embargo, he visto como muchos de mis colegas con blogs si tienen esta característica. Pregunto: ¿no creen que es hora ya de que todas nuestras energías se dirijan directamente a la comunidad internacional y a las Naciones Unidas para que presionen a los Castro y ellos se marchen del país y dejen a los cubanos de dentro y fuera de la Isla reconstruir una nación desde sus ruinas? Como diría mi abuelo, es mejor ponerse rojo una vez que rosado todos los días.

Foto: Claudia Daut AFP/Getty Images

No hay ni que recoger firmas, sólo unir todos los comentarios espontáneos dejados en blogs, El Nuevo Herald, Cubaencuentro, que he leído a lo largo de esta semana, comentarios que hablan del verdadero sentimiento del pueblo cubano.

Está más que demostrado que a la dictadura no le interesa el bienestar de los cubanos. Mientras el pueblo despertaba sin techo, electricidad, agua potable, alimentos, con el agua por las rodillas, los Castro se entretuvieron en aumentarle el precio a la gasolina y al de la comida para dificultar más las cosas.

Foto tomada de Cubanet.

Mientras que los cubanos que viven fuera de Cuba se movilizan para ayudar a sus hermanos de dentro de la Isla, los Castro son incapaces de suspender los aranceles exhorbitantes, y cara y absurda burocracia de inmigración para que el cubano viviendo fuera de la Isla pueda entrar a su propio país. Mi olfato en estos asuntos patrios me dice que, si ellos tuviesen la buena voluntad y así hicieran, el gobierno estadounidense levantaría inmediatamente todas las restricciones impuestas en estos últimos años, convencidos de que toda esa ayuda iría directamente a los necesitados. De hecho, ya se está hablando de ello.

No sólo eso: los Castro rechazan la ayuda que ofrece los Estados Unidos impidiendo que una comisión evaluadora americana compute los daños para que sea más efectiva la cooperación, un formalismo que se sigue ante cada situación donde se va a utilizar el dinero de los contribuyentes estadounidenses, quienes sí tienen el derecho y la libertad de pedirle cuentas a su gobierno sobre el uso del dinero que le quitan de sus impuestos. No me citen el ofrecimiento de los $100,000 iniciales, que esos están destinados para emergencias como estas, mientras la comisión evalúa la catástrofe. En el 2007, Estados Unidos donó a otras naciones 240 millones de dólares, a pesar de que la economía por el patio no anda muy saludable.


Si se organiza una campaña dirigida directamente a las Naciones Unidas y a la Comunidad Internacional, exigiéndole –no pidiéndole- que presionen a esos hermanos desvergonzados y su élite de verdaderos culpables para que se marchen, que el experimento de 50 años no dio resultado, que hay millones de personas que perdieron lo único que tenían, sus miserias, puede –maybe- dada la situación de esta tragedia, que se nos escuche. Y la presión no debe ser solo una carta, sino una campaña a través de todos los medios que tengamos a mano:

● que las entidades financieras internacionales revelen la cantidad de la fortuna de la familia Castro en bancos extranjeros y se les embargue ese dinero para ayudar a las víctimas de esta tragedia
● pagar anuncios en periódicos y medios de comunicación importantes internacionalmente denunciando la situación del país, con cifras y ejemplos
● interesar en el tema a los gobiernos de cada país que nos abra una puerta
● información constante en los blogs y sitios cubanos de internet
● conciertos por parte de nuestros artistas reconocidos para financiar vallas de publicidad, anuncios en TV y la prensa, sobre todo en la prensa en inglés
● y todo lo que se les ocurra al resto de los lectores que pasan acá y que enriquezca esta elemental idea, para transformarla en un grito de ¡basta ya, ayúdenos a erradicar la semilla del mal!

Si la semilla del mal sigue incrustrada en lo poco que queda ya de la infraestructura cubana, y como seguirán pasando ciclones y más ciclones, y reinando más Castros, a nuestro país le llamarán “El mendigo del Caribe” por los siglos de los siglos, amén...

(Este texto es como si estuviese pensando en voz alta. Tomen de él lo que crean que sirva para una buena estrategia).

Un Update de la situación en esta página de Encuentro.

Recomiendo este texto con el cual estoy muy de acuerdo.