Ilustración del indigno Pong.
En su reflexión de ayer, el compañero Fidel escribió posiblemente desde una casa en el reparto Siboney, construida antes de 1959 por un cubano vende patria y explotador, en la actualidad (a la cubana, que la actualidad criolla dura décadas) vivienda de este compañero sencillo y digno, que tiene acceso a los medios de comunicación y al mundo digital para expresar libremente sus dignas ideas, y bajo techo... ah!, me fui del tema, es que la dignidad del compañero Fidel me abruma tanto como los quejidos de la Merchora (sí, esa que si “pasa” grita y si no “pasa” llora)... ya sé, que vaya al grano... nada, que estoy anonadado con la dignidad del compañero Fidel, quien fuese el modelo de Adidas de la temporada 2006-2007, si... el Enfermo Nacional como le llamaban los entrañables Miquis, Maritza según la Reina Isis, Obdulia en mis tiempos de tragos en Las Cañitas del Hotel Habana Hilton Cola del Ron... bueno, ese mismo, el que todos conocemos y es mejor no mencionar como bien nos recordaba el estimado Bustro el otro día por su similitud a Voldemort, el digno Fidel en la primera y única línea de combate, solo, valientemente, se enfrenta a su destino en nombre del pueblo cubano que ya no recuerda su nombre ni el del compañero... Castro I para muchos, Cagalitroso para otros, HP –nada que ver con Hewlett Packard- para otros más... sí, ¡no me lo repitan más... que vaya al mismísimo grano!, pero como es posible ir al grano si ni granos hay, no son de primera necesidad como la dignidad, ya bien lo dice el Combatiente Solitario desde su tribuna de la jubilación, bidet importado y manufacturado en ese vecino del norte, cruel y revuelto que nos bloquea criminalmente y además, para su desfachatez y cinismo, nos vende los alimentos que los turistas y agraciados pueden comprar en las tiendas cubanas en moneda convertible... convertible?, alguién habló de convertible?, no era un convertible Mercedes Benz de dos plazas el que manejaba Celia en los sesenta cuando la dueña apátrida del carro se marchó, indigna que era, y cuya casa de la indigna forma parte del Punto Cero, por donde también pasan los ciclones, aunque dejan menores estragos... y, ¿saben por qué los ciclones dejan menos estragos en el Punto Cero de Siboney?.... ¡porque la dignidad encarnó en el mismísimo compañero Fidel...!, para que el pueblo de Cuba se enorgullezca de resistir y resistir y resistir y resistir… (bliss infinitos de dignidad).
Ilustración del indigno Garrincha.
9 comments:
Jajaja! Me encanto lo de HP (Hewlett Packard)!
Saludos desde Londres.
Yo lo digo... que hagan una encuesta en la calle!!
Ni él ni su familia pasa hambre, ni todos los que lo rodean: los carritos con las jabas "cargadas" llegan solitos a las puertas de sus casas... y que no les llegue una para que vean la que arma! "Dignidad"?????? Eso se come??
Saludos, Eu.
Excelente post, ¡bravo! Niobe.
La Matraca Ambulante es muy digna, muy digna, el mundo entero es muy indigno para él. Él es el único digno, La Matraca Quisquillosa, de ese desolador país. Su artículo, Don Eufrates, trés juste!
ZV.
Qué maravilla, Eufrates, qué maravilla. Chapeau, três grand.
Bravo, salido del alma y escrito con el corazón. Estoy seguro que si Eufrates no publica este post hoy..... revienta.
Muy bien dicho Eufrates! Ese fidel no tiene Dignidad lo que tiene es Gandinga!
Muy bueno!
Pese a su senil corteza intestinal... digo, cerebral, Hipólito aún sabe muy bien que dignidad es no tener amo. Sólo que, siendo él el amo, ha de darse su lugar.
Excelente, Don Eúfrates, excelente. Gracias a su post también he podido descompresionar un poco, que en estos días no se me está dado blogear mucho sobre el C.A. (y que conste, que no es California). Dignidad, si claro, mucha dignidad... increíble!
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