El pintor Jesse Ríos falleció el sábado. Esperaba la llamada. Desde mediados de la pasada semana me habían avisado de su enfermedad y su estado terminal en el Jackson Memorial Hospital de Miami. Aunque lejos, me dio tiempo a despedirme emocionalmente de Jesse durante esos días que pasaron entre la noticia de su enfermedad y su fallecimiento. Los recuerdos se agolparon y todos los recibí riéndome. A pesar de la tristeza, no puedo dejar de pensar en Jesse con una sonrisa.
Fue uno de mis primeros amigos cuando llegué a Miami a finales de los 80. Uno de los pocos con quien podía hablar en códigos generacionales, porque él también era recién llegado y los amigos comunes que nos rodeaban vivían allí desde antes del éxodo del Mariel, o gracias al mismo.
Eran los tiempos en que para ver gente como uno, había que ir a “la trova”, que quedaba en una casita de Miami Beach, cuando la playa era todavía peligrosa por Washington Avenue y más aburrida que un centerfield por Ocean Drive. En ese contexto nos conocimos y su amistad para mí fue un bendición: Jesse era la única persona en todo aquel Miami a quien podía visitar sin llamar antes por teléfono. El siempre estaba ahí y siempre abría la puerta, con una lata de cerveza en la mano y un pincel en la otra.
Fue uno de mis primeros amigos cuando llegué a Miami a finales de los 80. Uno de los pocos con quien podía hablar en códigos generacionales, porque él también era recién llegado y los amigos comunes que nos rodeaban vivían allí desde antes del éxodo del Mariel, o gracias al mismo.
Eran los tiempos en que para ver gente como uno, había que ir a “la trova”, que quedaba en una casita de Miami Beach, cuando la playa era todavía peligrosa por Washington Avenue y más aburrida que un centerfield por Ocean Drive. En ese contexto nos conocimos y su amistad para mí fue un bendición: Jesse era la única persona en todo aquel Miami a quien podía visitar sin llamar antes por teléfono. El siempre estaba ahí y siempre abría la puerta, con una lata de cerveza en la mano y un pincel en la otra.
No sé si sus fobias cambiaron luego, pero en aquellos años Jesse le tenía miedo a los espacios abiertos y a los expressways. Gracias al tesón y empuje de su amigo Nelson Franco, logró obtener la licencia de conducción, y las pocas veces que lo vi manejar, lo hacía a 5 millas por hora y sudando frío.
Un día lo convencí para que pasara una tarde al aire libre. Lo recogí -como era usual- y lo llevé a Alabama’s Jack a comer frituras de cobo y ver bailar Square Dance. A la tercera cerveza, Jesse partió para la pista, bailó, se dejó rectificar esa mano mal puesta en el cinturón durante el baile y regresó a la mesa con un nuevo amigo y -literalmente- su sombrero. De ese día es la siguiente foto.
Un día lo convencí para que pasara una tarde al aire libre. Lo recogí -como era usual- y lo llevé a Alabama’s Jack a comer frituras de cobo y ver bailar Square Dance. A la tercera cerveza, Jesse partió para la pista, bailó, se dejó rectificar esa mano mal puesta en el cinturón durante el baile y regresó a la mesa con un nuevo amigo y -literalmente- su sombrero. De ese día es la siguiente foto.
Foto: Archivo de El Imparcial Digital.
Con su pintura, la conexión no fue instantánea como la rápida empatía que logré con Jesse. Aquellos pedazos de torsos levitando en el vacío del lienzo o el papel me oprimían. Gracias a las “medias” vespertinas que hacía en su apartamento de la Pequeña Habana, en un segundo o tercer piso con goteras cayendo sobre cubos de agua, escuchándole anécdotas y viéndolo pintar, comencé a apreciar la fuerza de su trazo, el dolor de aquellos torsos desarticulados y la angustia de las cabezas de sus cuadros. Hoy día pienso que este es el período más importante de su pintura.
Viviendo yo ya en New York, nos volvimos a ver en una de las exhibiciones que presentó por acá; vino a casa, se paró frente a un cuadro que él me había dejado escoger entre sus piezas como un regalo a principio de los 90 y, con esa voz tan característica suya, me dijo: “... oye Eufrates, tu eres un cabrón... te llevastes una de mis mejores piezas.... eres un cabrón...”
El día que descuelgue el cuadro para poder tomarle una buena foto, se los muestro. Como él, pienso que es una de sus mejores piezas.
Con su pintura, la conexión no fue instantánea como la rápida empatía que logré con Jesse. Aquellos pedazos de torsos levitando en el vacío del lienzo o el papel me oprimían. Gracias a las “medias” vespertinas que hacía en su apartamento de la Pequeña Habana, en un segundo o tercer piso con goteras cayendo sobre cubos de agua, escuchándole anécdotas y viéndolo pintar, comencé a apreciar la fuerza de su trazo, el dolor de aquellos torsos desarticulados y la angustia de las cabezas de sus cuadros. Hoy día pienso que este es el período más importante de su pintura.
Viviendo yo ya en New York, nos volvimos a ver en una de las exhibiciones que presentó por acá; vino a casa, se paró frente a un cuadro que él me había dejado escoger entre sus piezas como un regalo a principio de los 90 y, con esa voz tan característica suya, me dijo: “... oye Eufrates, tu eres un cabrón... te llevastes una de mis mejores piezas.... eres un cabrón...”
El día que descuelgue el cuadro para poder tomarle una buena foto, se los muestro. Como él, pienso que es una de sus mejores piezas.
Quizás no crean si les digo que llevaba meses pensando a ratos en Jesse. Quería ver qué rumbos llevaba su pintura en estos momentos y entrevistarlo para este espacio. Pero, uno piensa que los amigos son eternos, que siempre estarán ahí. Me pesa no haber levantado el teléfono espontáneamente en vez de esperar el momento adecuado para llamarle.
En estos día que lo he estado despidiendo poco a poco, escanée algunos catálogos o fragmentos de ellos de algunas exposiciones donde Jesse exhibió obras suyas aquí en New York. Lamentablemente, en Google no aparece nada sobre él o su pintura. Al menos dejo ahora algunas pistas a quienes en el futuro estudien o se interesen por su obra.
Un abrazo para tí, Jesse.
En estos día que lo he estado despidiendo poco a poco, escanée algunos catálogos o fragmentos de ellos de algunas exposiciones donde Jesse exhibió obras suyas aquí en New York. Lamentablemente, en Google no aparece nada sobre él o su pintura. Al menos dejo ahora algunas pistas a quienes en el futuro estudien o se interesen por su obra.
Un abrazo para tí, Jesse.
16 comments:
Lo acompaño en el sentimiento, Don Eufrates.Que en paz descanse, Jesse Ríos. Le puse link en mi blog.
Conoci a Jesse de los Rios muy fugazmente, y lo vi poco. Hablamos un par de veces, y siempre me intereso su pintura. Quizas el lugar donde esta ahora tenga algo de similar con el patio en el cual nos conocimos. Y tenga la misma musica y el mismo ambiente. Ojala que cuando llegue mi dia, me manden tambien a ese enorme patio.... me sentare al borde del estanque....
Lo siento. Que descanse en paz.
Pero, uno piensa que los amigos son eternos, que siempre estarán ahí. Me pesa no haber levantado el teléfono espontáneamente en vez de esperar el momento adecuado para llamarle.
Es muy dificil despedir a un amigo,
que descanse en paz.
Muy interesante su pintura. Mi mas sentido pesame para usted y su familia. Que descanse en paz.
Me uno a su pena, querido Don Eufrates.Ud. evoca una amistad importante para los dos y Jesse Rios, otro talento que no pudo ver el final de la dictadura.Gracias por presentarnos su obra, noto en ella el naturalismo evocando suenos, tal vez? Muy hermosa.Que descanse en paz.
ME GUSTO LO QUE PRESENTO DE SUS
PINTURAS DON EUFRATES
DESCANSE EN PAZ JESSE RIOS.
Lo siento mucho, Don Eufrates, saludos. Niobe.
Conocí a Jesse en la década del 70 en Cuba. Nos reuníamos en Mercaderes 2, en la Habana. De ese especial grupo: Loló, Ponce, Alamanza... Casi todos se han marchado, vivieron intensamente, crearon verdaderas obras plásticas y literarias. Tu entre ellos.
Extrañaré su manera peculiar de expresarse.
Donde estés Jesse seguro compartirás una tarde de té, cigarrillos y sonrisas a la sombra de un “Patio” cobijado por la Catedral de La Habana.
Mayda Cardín (Maru)
Mis más sentidas condolencias. Sandokán.
Es verdad lo que dices, hay pocas referencias de Jesse en la web y por eso te he robado una imagen para mi blog de decesos ( http://holamuerte.blogspot.com)tambien quiero escribir algo sobre el Jesse pero me he "atrasado" ya hay un par de blogs donde sus amigos se han manifestados, definitivamente tremendo tipo, no?; aunque fui a una expo de el en La Habana, lo conoci en Miami y nos veiamos de vez en vez, la ultima en Osimi Gallery hace unos meses; cuando em entere de sue nfermedad quise ir a verlo, no vivos lejos del jacson, pero en sólo cuatro dias se fue.
Gracias por tu nota aqui.
Conocí a Jesse también en los 70s. Compartimos muchas veces juntos. No fuimos lo que se dice amigos íntimos, pero si muy buenos conocidos, ya que teníamos amigos comúnes que siempre nos obligaban a vernos regularmente en La Habana. Hace como 8 años lo volví ver en Miami después de mucho tiempo. Lo encontré igual, con ese mismo estilo y frescura de siempre y retornamos a las conversaciones como si hubiera sido ayer. Quedamos para una próxima.
Qué en paz descanse. Ya nos veremos Jesse.
EUFRATES,SE VE QUE CONOCISTE BIEN A JESSE.SU PARTIDA DUELE Y LO EXTRAÑAREMOS MUCHO,SOBRE TODO EN LAS GALERIAS.
EN CUALQUIER EXPOSICION ESTABA EL,CON SU VASO DE VINO EN LA MANO Y NOSOTROS SUS INTERLOCUTORES,HACIENDO MARAVILLAS PARA EVITAR SER BAÑADOS DE VINO.PORQUE SE EMOCIONABA HABLANDO Y GESTICULANDO SIN ACORDARSE DEL VASO EN SU MANO.
VISITARLO EN SU CASA-TALLER O TALLER-CASA ERA TODA UNA RICA EXPERIENCIA. UN TREMENDO Y LOCUAS ANFITRION.DESPUES DE TOMARTE UNAS CUANTAS CERVEZAS CON EL, NO TE MARCHABAS SIN LLEVARTE UN BUEN TROZO DE SU SABIDURIA QUE EL REGALABA CON GUSTO.
YO TAMBIEN ME SIENTO MUY HONRADO DE TENER UNA PIEZA SUYA PRUDUCTO DE UN INTERCAMBIO DE OBRAS QUE HICIMOS. TE ENVIARE IMAGEN EN CUALQUIER MOMENTO.
GRACIAS EUFRATES Y QUE EN PAZ DESCANSE NUESTTRO AMIGO.
Descanse en paz,se ve que es usted una gran persona tambien. Y muy bueno este Blog.
digo que muy bueno porque esta muy bien escrito todo,muy sensible, expone con honestidad lo que le viene en gana, de cualquier tema, mucha variedad y sensibilidad..
gracias
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