Monday, July 13, 2009

SCHILLER’S LIQUOR BAR


A principio de la década de los noventa, todavía no era difícil encontrar un pequeño espacio módico para vivir en el Lower East Side, sobre todo, en los alrededores de Rivington Street. El área era sinónimo de venta de drogas, asesinatos, suciedad y abandono. Si este Eufrates que les cuenta ahora hubiese sido un poco temerario cuando, por entonces, buscaba apartamento en la ciudad, viviría ahora en uno de los barrios más trendy de Manhattan.


Desde que en el 2003 Schiller’s Liquor Bar abrió en la esquina de la esquina de Rivington y Norfolk, la calabaza se volvió carroza. El olfato del restauranteur Keith McNally lo llevó hasta uno de los últimos bastiones del New York que ponía los pelos de punta, tal como lo guió hasta el Meat Packing District para abrir su Pastis. En ambas aventuras le precedía el éxito de su brasserie Balthazar, en Spring Street, Soho. A Schiller’s, Pastis y Balthazar le llaman McNally Land.


Si quiere llegar y sentarse rápidamente, no se le ocurra ir después de las ocho de la noche. La lista de espera para una mesa puede durar 45 minutos y lograr plantar un codo en el mostrador del bar para pedir una copa con que entretener la espera, puede convertirse en una maniobra militar. Pero, eso sí, sus ojos sentirán como un rocío de colirio por donde quiera que deposite su mirada. En Schiller’s Liquor Bar la juventud, la belleza y la moda se imponen.


Como ya no estoy para esos trotes nocturnos -a no ser que haya reservado con anterioridad- cuando deseo complacer mi paladar exigente a un precio moderado (nótese que no digo a buen precio) prefiero Schiller’s a la luz del día.


Sus paredes de losas estilo estaciones del subway, espejos ahumados, bar de madera y pewter, y mesas nada uniformes, te hacen sentir que comes en el café de la esquina de tu hogar. De su menú variado, pero no extenso, pueden escoger con confianza, porque la calidad de la comida -por muy sencillo que sea el plato- es una característica de McNally Land. En la lista de vinos encontrará 3 opciones: los cheap, los decent y los good, para que el cliente no se pierda en elucubraciones alejadas de su bolsillo.


Los postres en Schiller’s: como el slogan de la MasterCard.

Fotos: Eufrates del Valle.

8 comments:

Anonymous said...

Ahí estaré, en breve. Niobe.

Taoro said...

WOW Eufrates. Que paseo mas delicioso.
Siempre me ha impresionado la capacidad de transformación y adaptación que posee su ciudad.

Olga ADmiradora said...

siempre ando buscando lugares ... "encantados"...

Eufrates del Valle said...

Estimada Olga, no te da la impresion de que Tuta lleva dias sin pasar? Se le extrana.

Cuando vengan por aca, les dare un tour por ese barrio que antes ni me atrevia a pasar... LOL! Con una parada en Schiller's, que se come muy sabroso. Aunque Niobe seguro sabe donde esta, que ha dicho que es del area.

Olga ADmiradora said...

se nos pierde Tuta y se extrana su risa, verdad Eufrates?, estara de vacaciones?...y le tengo la noticia que en Whole Foods Market encontre los yogourts "mediterrane" que habias sugerido en tu post, exquisitos... y de paso un berrie's pie y unos "seduction bread rolls" ...

Güicho said...

Seguramente muy rentable. ¿Y cuál familia le da protección al local, Gambino, Colombo, Bonanno, Genovese o Lucchese?

Eufrates del Valle said...

Don Guicho... if any... seria china; el area esta tomada por narras.

Zoé Valdés said...

Fascinante lugar para escribir acompañados del mundanal ruido. Iré en cuanto vaya a NY.