EL HUMOR PRIETO DEL COMPAÑERO

El humor prieto del compañero ya está un poco cansón. Lo suyo es hacerle la vida un yogur a los cubanos hasta la fecha de expiración. Pero ya no nos coge de bobos otra vez. Hasta que no anuncien el velorio, lo entierren y pasen tres días, que nadie salga con los tambores y las banderas. No vaya a creerse Jesús Cristo y le de por resucitar.

San Nicolás del Peladero en el exilio conoce sus mañas. No nos vuelve a mangar así como así. Todo el mundo a lo suyo y que la historia se encargue de recoger, archivar y digitalizar el día de ayer como le de la gana. Para los cubanos está claro que fue otra de sus jugarretas.

Mi pálpito me dice que un día van a dar la noticia como quien no quiere las cosas, y dirán que el cadáver fue cremado en una íntima ceremonia familiar. Es que la imagen de un pueblo contento por su difunto les da terror.

Mientras tanto, todos sabemos que va a seguir jodiendo la pita. Si no le esconden los lápices, va a continuar torturando al pueblo con sus reflexiones delirantes. La noticia de ayer fue un efectivismo suyo, para verse una vez más en los titulares, su pasatiempo preferido. ¿No podía haber esperado al domingo?

Es como el abuelo loco de algunas familias, que lo mantienen en el cuarto de atrás, escondido, para que nadie vea su chifladura, pero que no para de patalear para llamar la atención. Por suerte, estamos claros de lo que hizo y deshizo en cinco décadas. Porque del daño que el compañero deja en nuestras vidas privadas y en el país, ya nosotros no nos escapamos.

Al menos queda la esperanza de que las generaciones que vienen puedan disfrutar de la Cuba que nosotros quisimos vivir.

Para la noticia, la irreversible, ahí está mi botella de champagne, helada, para acompañarme en ese momentico que la historia me reserva como premio por todo lo que he pasado, precisamente por cuenta del humor prieto del compañero. Pero, quién sabe, a lo mejor estiro la pata yo primero, y la noticia aun no se ha escuchado...