La señal de que algo traman llegó con todos esos por cientos detallados. Tras el circo electoral en la Isla el mes pasado, la prensa internacional se desordenó en conjeturas. Todavía anda en eso.
Pero, como hijo que soy de ese experimento de los hermanos Castro, de ellos aprendí que nada en Cuba es como se anuncia, ni lo que se anuncia tiene una base real.
Quien conoce que Cuba es una bomba de retardo, bomba que no explota porque la gente desde que se levanta está demasiado ocupada en ver qué resuelve para alimentar a su familia y porque el aparato represivo es lo único que funciona en ese país, sabe muy bien que los noventa y picos de por cientos son otra de las fábulas oscuras de los envejecidos Castro, que patalean por tal de llegar a la muerte agarrados todavía al poder.
Revisemos la historia. Los dictadores siempre han perdido la perspectiva de la realidad de sus pueblos, y viven detrás de las cortinas de sus propios inventos.
Desde mi punto de vista, la única interpretación que se le puede dar a esos por cientos revelados, es la de descifrar el mensaje de lo que la dictadura está tratando de pavimentar. En este caso, me refiero al detalle de que Raúl haya obtenido una mayor puntuación que el vitalicio enfermo-en-jefe.
Si Fidel quedó por debajo de su hermano en una zona oriental, mi mecanismo decodificador me dice que nada tiene que ver con la voluntad de aquellos “electores”. ¿Desde cuándo Raúl ha sido un hombre popular en Cuba?
Lo que el sentido común me está diciendo es otra cosa. Los hermanos Castro están preparando el terreno para que el mayor abdique en favor del menor; pero, a la vez, cuadraron las cifras para decir que es el pueblo quien lo pide, y así no admitir la simple sucesión dinástica de la familia que se apoderó, y se ha repartido la Isla, por casi cinco décadas.
Por ahí es que vienen los tiros. Y si los dejan, de aquí a unos años más, esos por cientos irán a parar a la casilla de Mariela –y no me pregunten cuál Mariela- porque ya bastante maíz la dictadura le ha estado echando, para que la corona no salga de ese imperio provinciano y latifundista que ha caracterizado a estos Castro, desde que el primero de todos llegó como súbdito de la corona española para acabar con los cubanos.
Pero, como hijo que soy de ese experimento de los hermanos Castro, de ellos aprendí que nada en Cuba es como se anuncia, ni lo que se anuncia tiene una base real.
Quien conoce que Cuba es una bomba de retardo, bomba que no explota porque la gente desde que se levanta está demasiado ocupada en ver qué resuelve para alimentar a su familia y porque el aparato represivo es lo único que funciona en ese país, sabe muy bien que los noventa y picos de por cientos son otra de las fábulas oscuras de los envejecidos Castro, que patalean por tal de llegar a la muerte agarrados todavía al poder.
Revisemos la historia. Los dictadores siempre han perdido la perspectiva de la realidad de sus pueblos, y viven detrás de las cortinas de sus propios inventos.
Desde mi punto de vista, la única interpretación que se le puede dar a esos por cientos revelados, es la de descifrar el mensaje de lo que la dictadura está tratando de pavimentar. En este caso, me refiero al detalle de que Raúl haya obtenido una mayor puntuación que el vitalicio enfermo-en-jefe.
Si Fidel quedó por debajo de su hermano en una zona oriental, mi mecanismo decodificador me dice que nada tiene que ver con la voluntad de aquellos “electores”. ¿Desde cuándo Raúl ha sido un hombre popular en Cuba?
Lo que el sentido común me está diciendo es otra cosa. Los hermanos Castro están preparando el terreno para que el mayor abdique en favor del menor; pero, a la vez, cuadraron las cifras para decir que es el pueblo quien lo pide, y así no admitir la simple sucesión dinástica de la familia que se apoderó, y se ha repartido la Isla, por casi cinco décadas.
Por ahí es que vienen los tiros. Y si los dejan, de aquí a unos años más, esos por cientos irán a parar a la casilla de Mariela –y no me pregunten cuál Mariela- porque ya bastante maíz la dictadura le ha estado echando, para que la corona no salga de ese imperio provinciano y latifundista que ha caracterizado a estos Castro, desde que el primero de todos llegó como súbdito de la corona española para acabar con los cubanos.
3 comments:
coincido con usted, quitar uno para poner otro, buen post
Laura
Eu, esas cifras son tan rid�-culas que est�n en contra de ellos mismos y de su r�gimen circense.
nos vemos, tony.
p.s. buen comentario tuyo en el post de nuestro sitio man.
elemental, eufrates, elemental!! lo tienes bien claro.
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