TOLEDO EN MI “BUCKET LIST”

El otro día, cuando terminé de ver la conmovedora película “The Bucket List”, protagonizada por Jack Nicholson y Morgan Freeman, me quedé pensando qué anotaría yo en mi lista, en caso de que la noticia del fin me llegara a tiempo (y con los recurso$ suficiente$), como para materializar sueños que no he podido hacer realidad, por no haberles dado prioridad a la hora del malabarismo obligado entre el poco tiempo libre y las cuentas de la chequera.

Entonces anoté, y metí en mi cubo, el siguiente deseo: Alquilar tantas habitaciones como seres queridos tengo, en esa pequeña ciudad medieval detenida en el tiempo, donde convivieron siglos atrás cristianos, judíos y musulmanes pacífica y tolerantemente hasta finales del siglo XV, y cuya memoria quedó conservada en su arquitectura.

Y en Toledo pasarme un par de semanas, rodeado de los míos, entre aquellas murallas que mentalmente traduciría a los límites del barrio donde crecí allá en La Habana, tratando de jugar por 15 días a que nunca nos separamos, re-inventarme con ellos una cotidianidad, compartir desayunos, almuerzos y cenas, conversaciones triviales, ver a los niños correr y joder, leer varios libros que siempre quedan pendientes, discutir por boberías, y a la vez descubrir los secretos de todos estos detalles que he ido retratando de Toledo, y para los cuales nunca he tenido tiempo, o no los he priorizado. Aquí les dejo a Toledo, visto a través de mi lente, y colocado ya en mi lista dentro del cubo.