EL HABITO NO HACE AL MONJE... PERO LO AYUDA!!!!

Las madres siempre sorprenden. Y una de las tantas sorpresas que me ha dado la mía es haberme entregado una carpeta con estos papeles de regalo o papeles de envolver de aquellas maravillosas tiendas que la Habana tenía. Como bien sabemos, en el mundo moderno la presentación es vital. Ya sea un artículo, un servicio o un negocio. Y Cuba, la isla más moderna que dio el Caribe, sabía de presentación. Como notarán, algunas de estas muestras de envolturas son, incluso, después de la nacionalización de dichas tiendas. Como decía Dulce María Loynaz de sus abanicos, qué más le vas a pedir a algo bello que no sea su belleza. Lo bello, lo bien presentado, es alimento para el espíritu. Recuerdo, siendo muy pequeño, ir de la mano de mi abuela a Fin de Siglo, a La Epoca, a Flogar, al Ten-Cent. Entrar a uno de aquellos almacenes era como llegar a un mundo mágico de olores e iluminación, donde las dependientes vestían de piqué blanco durante el verano, y negro en el invierno, siempre empolvadas, con sus peinados de peluquería, amables, atentas... Llegará el día en que Cuba recuperará sus tradiciones, entre ellas, aquellas tiendas mágicas y sus papeles de envolver.