Thursday, May 15, 2008

COLUMNISTA INVITADO: ARQUITECTO CHEO MALANGA

Querido Pueblo de San Nicolás del Peladero y asiduos lectores de El Imparcial Digital, quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda mi estimado amigo y periodista Eufrates del Valle para hacer algunas colaboraciones. Espero que olviden mi legendaria imagen de guapo de barrio con su fiel cuchillo "perico" a la cintura y comiencen a verme como un “guapo reciclado” por la dura vida marginal y mis estudios de Arquitectura, cursados en la Universidad de San Nicolás, gracias a una beca otorgada por el excelentísimo alcalde Don Plutarco Tuero.
Acompáñenme a viajar por nuestro hermoso país y su rica historia, viajaremos siglos atrás, siglos alante, conoceremos nuestro patrimonio arquitectónico, nos contagiaremos de nostalgia, risas, recuerdos..... y al final, si les gustó nuestro viaje y no contraemos nada venéreo en él, podré sentirme entonces un “guapo felízmente reciclado”.


Saludos afectuosos,

Arq. Cheo Malanga.

Para opiniones, chismes, sobornos y consejos del bajo mundo, me pueden escribir.



“EL MALECON”

Por Arq. Cheo Malanga

Nunca experimenté mayor placer que robar un rato a mi ocupado tiempo y sentarme en el muro del Malecón a disfrutar las inolvidables imágenes que ofrecían las frágiles olas castigando el duro y punzante arrecife o un barco mercante abandonando la Bahía. Muchas veces me desviaba la atención una bella rubia de la Calle Campanario, pero al final las espumosas olas siempre se salían con la suya, haciéndome esclavo de su rítmico espectáculo.



El Malecón es algo así como el termómetro social de la Habana, por allí desfilan disímiles personajes buscando placer, descanso, meditación, negocios, sexo, etc., pero todos buscan algo en común, la oscura complicidad del Malecón.



Viví durante veinte años a sólo unas cuadras del Malecón y solía correr a diario por sus aceras, luchando contra la molesta grasa que amenazaba con acumularse en la región abdominal. Esto me permitió ser testigo durante mucho tiempo del gradual deterioro físico de su centenaria estructura, enormes grietas en el muro y peligrosos huecos en el piso aparecían a diario ante la total indiferencia de las autoridades y organismos encargados de su mantenimiento. Cuando salí de Cuba escuché con alegría la noticia de que se comenzaría a reparar algunos tramos de muro ya casi inexistentes por el paso del tiempo, ciclones tropicales y huracanes humanos.


El Malecón de La Habana comprende una amplia avenida de seis carriles y un largísimo muro que se extiende sobre toda la costa norte habanera a lo largo de ocho kilómetros. En los primeros años del siglo XX ofreció también el atractivo de los baños públicos, donde los pobladores de la época disfrutaban de las cálidas aguas del mar, con el recato entre hombres y mujeres que dictaban las costumbres de la época.



El comienzo de su construcción fue los inicios del siglo XX, en 1901 durante el gobierno provisional norteamericano en la Isla. Su construcción se fue realizando por etapas sucesivas y duró cerca de cincuenta años.



El primer trayecto 1901-1902, abarcó desde el Paseo del Prado hasta la Calle Crespo. El segundo tramo 1902 – 1921, se extendió hasta el Monumento al Maine. El tercer tramo que duró hasta los años 30, terminaba en la avenida de Los Presidentes, y el cuarto tramo y final 1948 – 1952, culminaba el Malecón en la desembocadura del río Almendares.




Importantes monumentos se alzan a lo largo del Malecón, como el del Generalísimo Máximo Gómez, el del Mayor General Antonio Maceo y el del General Calixto García. Edificios representativos de la capital también bordean el Malecón, como el Castillo de la Real Fuerza de La Habana, el Castillo de San Salvador de la Punta, el Torreón de San Lázaro, la entrada al Túnel de La Habana, el Hotel Nacional y el Torreón de la Chorrera.



Para los visitantes, el "muro del Malecón" es también el sitio preferido para escapar del calor nocturno que caracteriza el verano habanero, miles de personas que acuden a disfrutar del frescor que aporta el mar o simplemente pasar un rato agradable al aire libre.



Varios días al mes suelo visitarlo y disfrutar cada centimetro de sus 8 kms de longitud, cada grieta de su concreto envejecido, pero siempre al final, en cada placentero viaje sufro una amarga decepcion al escuchar un molesto e interminable sonido que me invita a despertarme y prepararme para enfrentar nuevamente el aberrante tráfico miamense.




17 comments:

Anonymous said...

Excelente cronica, bienvenido a bordo Mr. Malanga.

Anonymous said...

Mi lugar preferido, El Malecón. Encantada con este paseo matinal. Malanguitas en el agua, no, no, no. Sí, sí, sí. Grosse Tête.

A Cuban In London said...

¡Ay, malecón, coño! Es cierto lo que dices, cheo, el malecón es uno de los puntos de mira mejores para observar a la sociedad cubana. Gracias por este relato. Esntre tus fotos y las palabras se me ha hecho un nudo en la garganta ahora. Yo también vivía a pocas cuadras de allí.

Saludos desde Londres.

Anonymous said...

Eufrates, veo que esta creciendo la familia.
Cuando regresará Escolastica?.

Anonymous said...

Eufrates, me vas a matar del corazon, esta vez con la complicidad de Cheo Malanga: cuantas veces desande el Malecon en mi juventud, como me enamore en ese muro- que ahora es el de mis lamentaciones.

Gracias a usted tambien, Cheo.

Tuta

Isis said...

Bienvenido, Cheo Malanga! Delicioso paseo.

Anonymous said...

Muchas Gracias a todos por pasar por aqui, contagiarse con la nostalgia de Cheo y dejar sus comentarios. Muy complacido de que hayan disfrutado este primer viaje.
Pueden comunicarse con Cheo en:
arqcheomalanga@yahoo.es
Muchas Gracias a ustedes y al inmenso Eufrates.
arq: Cheo Malanga.

GeNeRaCiOn AsErE said...

Gracias al kimbara cheo!

Macharse de un lugar no implica estrictamente abandonarlo, por eso aunque hoy el malecón esté muy lejos, a cada rato iré con mi memoria a visitarlo, a sentarme en aquel muro para pedir ‘cosas’ mirando al horizonte... aunque pase el tiempo y me vaya poniendo viejo, NO IMPORTA, yo creo la distancia no implica necesariamente el olvido o la renuncia, sino, otra forma de acercarse a lo que de verdad se quiere.

A mí el malecón nadie me lo quita, hay lugares y recuerdos que no se van de uno, porque aun con la partida nunca se abandonan. Las aceras, los muros, el herrumbre, la basura, las madres en bata de casa, los padres riendo... colas de gente que camina por el medio de la calle con su flauta de pan debajo del brazo... tu vez... en Galeano #66 todavía hay tremenda gritería, los escombros... la basura, los autos que no paran de tocar el claxon... los niños corriendo... y la peste el último!!!, porque la Habana se muere conmigo, o mejor dicho, yo me muero con mi Habana adentro.

para EU, del tony.

Eufrates del Valle said...

Wow, Tony! Me emocionaste, asere!

No quiero "hablar" mucho, que hoy es el dia del arquitecto Malanga, a quien tendremos por aqui semanalmente con las historias y la arquitectura de nuestra Habana y otras sorpresas.

Welcome to El Imparcial Digital, Mr. Malanga!

Anonymous said...

Coño Asere, me sacastes las lagrimas........

Alexis Romay said...

Bienvenido, Cheo Malanga, a las imparciales páginas de Don Eufrates. Excelente su crónica.
Yo era vecino de Belascoaín y Neptuno, así que le agradezco por partida doble el paseo por mis antiguos predios. Como están las cosas, no me permito la nostalgia, pero su texto ha evocado algo que se le acerca y mucho. Enhorabuena y gracias.

Don Eufrates:
Repito: encomiable su empeño de darnos constantemente motivos para pasar por acá (¡varias veces al día!). ¡Gracias!

Cuco said...

Precioso trabajo Arquitecto Malanga, ese bravo malecón al que no podrán impedir que volvamos un día.
Y por cierto, pienso que a tono con la circunstancia, enlazo este, un video de Amaury que carga consigo fuertes señales de "efecto boomerang"...
http://www.youtube.com/watch?v=lYJ3rVPlFzo
Gracias por este Maleconazo de hoy.

Anonymous said...

mi amigo cheo malanga se nos reveló como un excelente cronista. don eufrates tiene todo un equipo sorprendente o son las influencias de la señora escolástica. al parecer, se respira creación por la gran manzana y nos alegra para seguir ansiando al visita prometida.

GeNeRaCiOn AsErE said...

La Habana sin malecón es un recuerdo imposible.
Mi bienvenida para Malanga.Que se repita.

saludos a todos,
maylin.

Aguaya said...

Bueno, Arq. Cheo Malanga, esperamos otros viajes en su compan~ía!!! Este por el Malecón ya me lo estoy imaginando de punta a rabo... hasta que igual me despierto en una calle de Berlín al borde del río Spree... :-(
Saludos!!

Al Godar said...

Candela! Aqui apretó el señor malanga.
Muy buena crónica.
Saludos,
Al Godar

Unknown said...

Sr. Eufrates, usted esta pasa'o